MADRID 9 Abr. (EUROPA PRESS) -
Hospira ha destacado la necesidad de que se implanten medidas que garanticen la llegada al Sistema Nacional de Salud (SNS) de biosimilares de anticuerpos monoclonales, y ha recordado que los fármacos biológicos son cada vez "más conocidos y valorados" por médicos, pacientes y un "gran número" de organismos sanitarios.
No obstante, según ha reconocido en un encuentro con periodistas, dentro del propio conjunto que forman los fármacos biológicos hay "importantes" diferencias en cuanto a su complejidad. "Este es el caso de los anticuerpos monoclonales, cuyo coste de obtención y complejidad hacen necesarias medidas y acciones para asegurar la entrada de sus biosimilares en el SNS", ha comentado el profesor del Departamento de Farmacología, Terapéutica y Toxicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Fernando de Mora.
Por su parte, el director general de Hospira para España y Portugal, Pablo de Mora, ha asegurado que España es un país "clave" para la estrategia de la compañía en Europa, ya que es un mercado de "gran potencial y grandes dimensiones".
Especializada en productos genéricos inyectables y dispositivos médicos, en el área de biosimilares Hospira dispone de uno de los proyectos de desarrollo de "mayor relevancia" en la industria, con una cartera de fármacos para combatir cáncer, desórdenes hematológicos, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal y afecciones renales.
"Para que esto ocurra, es necesario crear un marco que genere confianza para que las empresas que desarrollan estos fármacos sigan invirtiendo en su desarrollo. El proceso regulatorio para los biológicos y biosimilares es más extenso que para los genéricos, que no tienen que pasar un desarrollo preclínico y clínico tan rigurosos porque son moléculas mucho más simples y se puede hacer una copia exacta de los medicamentos químicos originales", ha resaltado De Mora.
Dicho esto, ha reconocido que la "complejidad" del desarrollo de los biosimilares, frente a los medicamentos genéricos, se traduce en unos costes de obtención "muy superiores", tanto en términos de tiempo como de inversión. "Mientras que el desarrollo de un genérico puede tardar entre medio y dos años y entre 500.000 euros y tres millones de euros, la inversión para un biosimilar puede suponer un coste entre 75 y 150 millones de euros y entre ocho y diez años para lograrlo", ha apostillado.
Finalmente, el experto ha avisado de que, debido a que más del 50 por ciento de productos farmacéuticos en desarrollo son biotecnológicos, la factura sanitaria va a incrementarse "notablemente". Además, ha aseverado de que la introducción de biosimilares puede contribuir al fomento de la innovación, sostenibilidad del SNS y la accesibilidad de los pacientes.
"No es posible generar dos biotecnológicos con principio activo estructuralmente idéntico, pero sí equivalentes terapéuticamente. Los medicamentos biotecnológicos biosimilares ofrecen un perfil beneficio-riesgo equivalente a los productos originales de referencia, por lo que la decisión de adquirir o no biosimilares no debe ampararse en diferencias no demostradas en seguridad y eficacia", ha zanjado.