MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las hojas del árbol del castaño europeo contienen ingredientes con poder para desarmar a las peligrosas bacterias estafilococos sin aumentar su resistencia a los medicamentos, según ha descubierto un equipo de científicos, cuyo trabajo se publica en 'Plos One'. Su investigación se centró en un extracto de hojas de castaño, rico en derivados de urseno y oleaneno, que bloquea la virulencia de 'Staphylococcus aureus'.
El uso de hojas de castaño en remedios populares tradicionales inspiró la investigación, dirigida por Cassandra Quave, etnobotánica en la Universidad de Emory, en Atlanta, Georgia, Estados Unidos. "Hemos identificado una familia de compuestos de esta planta que tiene un mecanismo medicinal interesante --afirma Quave--. En lugar de matar el estafilococo, este extracto botánico funciona eliminando las armas de los estafilococos, esencialmente apagando la capacidad de las bacterias de crear toxinas que causan daño a los tejidos".
El descubrimiento tiene potencial para nuevas formas de tratar y prevenir las infecciones de 'S. Aureus' resistente a la meticilina (SARM), sin alimentar el creciente problema de los patógenos resistentes a los fármacos. Las bacterias resistentes a los antibióticos causan anualmente por lo menos dos millones de enfermedades y 23.000 muertes en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las infecciones por SARM conducen a todo tipo de problemas, desde irritaciones leves de la piel a la muerte. La evolución de las cepas de esta "super bacteria" representan una amenaza tanto para los pacientes de los hospitales con sistemas inmunes comprometidos como para jóvenes, deportistas sanos y otros que están en contacto físico cercano.
"Hemos demostrado en el laboratorio que nuestro extracto desarma incluso las cepas de SARM hiper virulentas capaces de causar infecciones serias en atletas saludables", subraya Quave. "Al mismo tiempo, el extracto no perturba las bacterias normales y saludables de la piel humana. Se trata de restablecer el equilibrio", añade.
Quave, que investiga las interacciones de las personas y las plantas --una especialidad conocida como la etnobotánica-- está en la Facultad del Centro Emory para el Estudio de la Salud Humana y el Departamento de Dermatología de la la Escuela de Medicina de Emory, en donde se intersó por la etnobotánica cuando era estudiante en Emory.
Durante años, esta experta y sus colegas han investigado los remedios tradicionales de la población rural en el sur de Italia y otras partes del Mediterráneo. "Me dí cuenta que las personas que desestiman las plantas curativas como medicina porque las plantas no matan a un agente patógeno no se estaban planteando las cuestiones correctas -relata--. ¿Qué pasa si estas plantas juegan otro papel en la lucha contra una enfermedad?".
Cientos de análisis de campo la llevaron hasta el castaño europeo, 'Castanea sativa'. "La población local y curanderos en repetidas ocasiones nos dijeron cómo hacían un té de las hojas del árbol de la castaña y lavaban la piel con ella para tratar infecciones de la piel e inflamaciones", relata Quave.
Para el estudio actual, Quave se asoció con Alexander Horswill, un microbiólogo de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, cuyo laboratorio se centra en la creación de herramientas para su uso en el descubrimiento de fármacos, tales como cepas de estafilococos que brillan en la oscuridad.
Los investigadores sumergieron hojas del castaña en disolventes para extraer sus ingredientes químicos. "Si se separa la mezcla compleja de sustancias químicas presentes en el extracto en lotes más pequeños con menos ingredientes químicos, es posible ver los resultados y seguir afinando en los ingredientes que son los más activos --explica Quave--. Es un proceso metódico y tiene un montón de horas. Los años de la carrera en Emory permitieron adquirir experiencia en técnicas de separación química".
El trabajo produjo un extracto de 94 productos químicos, de los cuales compuestos basados en urseno y oleaneno son los más activos. Las pruebas demostraron que este extracto inhibe la capacidad de las bacterias estafilocócicas para comunicarse unas con otras, un proceso conocido como la percepción de quórum. SARM utiliza este sistema de percepción de quórum para fabricar toxinas y reforzar su virulencia.
Una sola dosis del extracto, de 50 microgramos, mejoró las lesiones de la piel por SARM en ratones de laboratorio, deteniendo el daño tisular y el daño de los glóbulos rojos. El extracto no pierde actividad ni las bacterias se vuelven resistentes, incluso después de dos semanas de exposición repetida. Las pruebas en células de piel humana en un plato de laboratorio mostraron que el extracto botánico no daña las células de la piel o la micro-flora normal de la piel.
Los potenciales usos de este extracto son, por ejemplo, como spray preventivo en las almohadillas para ver partidos de fúbol o cualquier otro equipo deportivo; revestimientos preventivos para dispositivos médicos y productos tales como tampones que ofrecen entornos favorables para el crecimiento de SARM; y como un tratamiento para las infecciones por SARM, tal vez en combinación con antibióticos.
"Es fácil descartar remedios tradicionales como cuentos de viejas, sólo porque no atacan y matan a los patógenos --lamenta Quave--. Pero hay muchas más maneras de ayudar a curar las infecciones y tenemos que centrarnos en ellas en la era de las bacterias resistentes a los medicamentos".