MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La farmacéutica GSK ha anunciado el inicio de un estudio de fase III con mepolizumab, un antagonista de la interleucina 5 (IL-5), en pacientes con síndrome hipereosinofílico (SHE) grave.
En el estudio, en el que se van a asignar de forma aleatoria 80-120 pacientes a cada una de las ramas de tratamiento, se evaluarán los efectos de mepolizumab, comparado con placebo, al añadirse al tratamiento habitual.
"El inicio del estudio de fase III es un avance crucial en nuestra labor de estudiar si mepolizumab podría constituir una opción de tratamiento alternativa para esta población de pacientes", señala Steve Yancey, vicepresidente y responsable de desarrollo farmacológico de mepolizumab.
"El objetivo del tratamiento del SHE es prevenir la producción excesiva de eosinófilos, reducir o controlar los síntomas y prevenir cualquier daño causado en los órganos por los eosinófilos activados. Aunque existen limitados tratamientos para los pacientes con determinados tipos de SHE, las opciones actuales para la mayoría son insuficientes o su uso prolongado trae consigo efectos secundarios indeseados", ha explicado.
La variable de evaluación principal del estudio es la proporción de pacientes que experimentan exacerbaciones del SHE (empeoramiento de los síntomas que requiere un aumento del tratamiento) durante el período de tratamiento de 32 semanas. Con las variables secundarias se pretende obtener evidencias que respalden los beneficios de mepolizumab comparado con placebo; estas variables incluyen el tiempo hasta la primera exacerbación del SHE, la proporción de pacientes que experimentan una exacerbación del SHE entre las semanas 20 y 32, y la gravedad de la fatiga que experimentan estos pacientes.
El SHE, que afecta aproximadamente a 20.000 pacientes en todo el mundo, es un grupo de trastornos inflamatorios caracterizados por una sobreproducción marcada y persistente de un tipo de glóbulos blancos denominados eosinófilos. Cuando los eosinófilos activados del torrente sanguíneo infiltran diversos tejidos, provocan inflamación y daños en los órganos que, con el tiempo, pueden llegar a afectar a su función diaria.
Dependiendo de qué órganos se vean afectados, esto puede dar lugar a complicaciones que van desde fiebre y malestar hasta anomalías hematológicas y problemas respiratorios y cardíacos. Si no se trata, los síntomas del SHE empeoran progresivamente y la enfermedad puede ser mortal.