MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Federación Farmacéutica Internacional (FIP, por sus siglas en inglés) ha lanzado una herramienta para ayudar a los países a autoevaluar sus sistemas reguladores y apoyar las intervenciones farmacéuticas destinadas a prevenir los daños de los medicamentos de calidad inferior y falsificados.
La herramienta ha sido elaborada por el Grupo Consultivo de Organismos Reguladores de la FIP, que abarca las funciones de los farmacéuticos y las responsabilidades de los ministerios de sanidad.
"La FIP está seriamente preocupada por el riesgo cada vez mayor para la salud pública de los productos farmacéuticos de calidad inferior y falsificados. Sabemos que en algunos países la legislación que regula la fabricación y distribución de productos médicos, o la aplicación de la legislación, es inexistente o ineficaz. La FIP lleva más de 20 años denunciando los productos médicos calidad inferior y falsificados y esta herramienta de autoevaluación es otro mecanismo para reducir el impacto de estos productos médicos en la atención al paciente", ha declarado el presidente del Grupo Consultivo de Reguladores de la FIP, Brett Simmonds.
Los 'Productos médicos de calidad inferior y falsificados: Herramienta de autoevaluación reglamentaria' tiene como objetivo ayudar a la detección, cuarentena y eliminación de estos productos médicos de la cadena de suministro farmacéutica mediante una legislación de apoyo adecuada.
"Cuando se descubran deficiencias o lagunas legislativas, las secciones contenidas en este documento podrían adoptarse y pasar a formar parte del marco legislativo para combatir los productos médicos de calidad inferior y falsificados que entren en la cadena de suministro", ha informado Simmonds.
El portavoz de FIP también ha subrayado que la herramienta también puede utilizarse como recurso educativo para concienciar sobre el riesgo y los daños de los productos médicos de calidad inferior y falsificados a todos los proveedores de atención sanitaria y a los responsables de las políticas sanitarias, así como incluirse en los programas de pregrado y profesionales.
"Los ministerios de sanidad, las agencias reguladoras gubernamentales, los farmacéuticos y los equipos de farmacia deben desempeñar un papel importante en la detección y prevención de que los productos médicos de calidad inferior y falsificados lleguen a los pacientes y al público en general. Además, otras autoridades e instituciones competentes deben actuar para proteger al público y educar a los profesionales sanitarios y a todos los participantes en la cadena de suministro sobre los riesgos estos productos, su detección y los métodos para proteger la integridad de la cadena de suministro", ha finalizado Simmonds.