MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
La mejora de la salud, la generación de empleo de calidad, el impulso de la I+D biomédica y el fortalecimiento de la economía son los cuatro principales ámbitos de la sociedad en los que la industria farmacéutica ejerce una "influencia beneficiosa", según ha recordado el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, durante su intervención en el foro 'The Spain Summit', organizado por la revista 'The Economist'.
"La industria farmacéutica es, sin duda, uno de los sectores con mayor capacidad de influencia beneficiosa sobre la sociedad española, empezando por su contribución a mejorar la salud de las personas. La razón de ser de la industria farmacéutica innovadora es, precisamente, la investigación, desarrollo y puesta a disposición de los profesionales sanitarios y los pacientes de nuevos medicamentos, cada vez más precisos y eficaces, para curar enfermedades o mejorar la calidad de vida", ha dicho.
En este punto, Sellés ha comentado que, por ejemplo, gracias a los medicamentos innovadores enfermedades que antes no tenían remedio, como la hepatitis C, hoy se curan, y otras que eran mortales, como el VIH/sida, se han convertido en crónicas, con una calidad y esperanza de vida de los pacientes equiparables a las de una persona sana.
"En otros casos de alto impacto, como el cáncer, las nuevas terapias están siendo claves para lograr tasas de supervivencia cada vez más altas, hasta el punto de que el 83 por ciento del aumento de la esperanza de vida de estos pacientes registrado desde 1980 se debe a los nuevos tratamientos. De forma global, la introducción de nuevos medicamentos es responsable de dos terceras partes de la prolongación de la esperanza de vida en los países desarrollados", ha añadido.
Respecto al empleo, el presidente de Farmaindustria ha informado de que el sector genera en España más de 40.500 empleos directos, que superan los 200.000 si se tiene en cuenta también el empleo indirecto e inducido. Pero, más allá de este enfoque cuantitativo, lo "importante", a su juicio, es la calidad de este empleo, que aporta a la economía española un "modelo de referencia" para favorecer la transformación del modelo productivo sobre la base de la cualificación, la estabilidad, el fomento del empleo de jóvenes, la igualdad entre hombres y mujeres y la apuesta por la innovación como principal elemento impulsor.
Así, Sellés ha explicado que el empleo de la industria farmacéutica se caracteriza por la estabilidad (un 94,2% de los empleos son indefinidos), la alta cualificación (un 62,4% son titulados universitarios o superiores) y la proporción de empleo femenino, puesto que las mujeres ocupan el 52 por ciento de los puestos de trabajo, el doble de la media del sector industrial. En el área de I+D, el empleo femenino supone el 63,7 por ciento, el dato más alto de todo el tejido productivo en España.
Del mismo modo, ha asegurado que es "especialmente destacable" el hecho de que en los niveles de mayor responsabilidad el sector farmacéutico presenta tasas de participación femenina mucho más elevadas que la media empresarial.
Así, los comités de dirección de las compañías farmacéuticas cuentan con un 41,3 por ciento de mujeres, es decir, 3,4 veces más que la media de las grandes empresas del IBEX-35, que es del 12,1 por ciento. Además, el 21,5 por ciento de los primeros ejecutivos en el ámbito de la industria farmacéutica innovadora son mujeres, 3,7 veces más que en las empresas del IBEX-35, donde el porcentaje es del 5,9 por ciento.
PRINCIPAL DINAMIZADOR DE LA I+D
Dicho esto, el máximo responsable de Farmaindustria ha destacado la "importante" apuesta de la industria farmacéutica innovadora en España por la I+D biomédica, hasta el punto de que el sector se ha convertido en el "principal dinamizador" del tejido investigador del país, tanto público como privado.
"Invertimos 1.150 millones de euros anuales en I+D, de los que la mitad se destinan a proyectos de investigación en colaboración con hospitales y centros de investigación públicos y privados por toda la geografía española. Esto nos convierte en el sector líder en I+D industrial en España, con más de un 20 por ciento del total", ha argumentado Sellés.
Además, apostilla, la industria farmacéutica es el sexto sector productivo en exportaciones, con casi 11.000 millones de euros anuales, y genera una producción valorada en más de 15.000 millones de euros. Asimismo, las exportaciones farmacéuticas suponen el 27 por ciento del total de exportaciones nacionales de productos de alta tecnología, lo que le convierte en el sector de la economía nacional más importante en esta área tan estratégica para cualquier economía.
UNO DE LOS PILARES DEL SNS
Por su parte, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha señalado que el papel de la industria farmacéutica trasciende el de mero proveedor, y es en realidad uno de los pilares del Sistema Nacional de Salud.
"Nuestra responsabilidad no acaba en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos; debemos contribuir a que éstos lleguen a los pacientes que los necesitan. Por lo tanto, estamos concernidos con la calidad y sostenibilidad del sistema sanitario, porque es clave para garantizar el acceso a la innovación", ha explicado.
En este sentido, Arnés ha subrayado la importancia de la colaboración y el "diálogo constante" con las administraciones, en las que el sector está implicado para la búsqueda y aplicación de las medidas necesarias para conciliar estos aspectos a través de herramientas como el Convenio por la sostenibilidad, el acceso y la innovación suscrito con la Administración General del Estado o los acuerdos de riesgo compartido y de techos de gasto.
Al mismo tiempo, ha destacado cómo la apuesta por la I+D, junto con la solidez del sistema sanitario, han permitido convertir a España, en los últimos años, en uno de los países europeos con "mejores condiciones" para acoger ensayos clínicos, hasta el punto de que un tercio de todos los estudios de investigación y desarrollo de nuevos medicamentos lanzados en Europa cuentan ya con participación española. "Hace falta una adecuada acción política", ha dicho Arnés, para insistir en la disposición de la industria para la colaboración con el conjunto del sector.
Por último, tanto Sellés como Arnés han abordado los retos de futuro para un sector que tiene como principal desafío mantener sus "elevadas" tasas de calidad asistencial manteniendo su carácter universal y asegurando el acceso de los pacientes a las innovaciones, contando para ello, como hasta ahora, con profesionales sanitarios "altamente formados" y con sus conocimientos actualizados, y manteniendo al mismo tiempo un tejido investigador que permita a España seguir en el grupo de cabeza de la I+D biomédica.
Para lograrlo es necesario, a su juicio, un cambio de paradigma en la financiación de la innovación, superando la visión meramente presupuestaria, cortoplacista, para empezar a considerar a los medicamentos innovadores como una inversión generadora de importantes ahorros en el medio y largo plazo, y no sólo como un gasto en el corto plazo.
Para ello, los expertos han destacado la necesidad de empezar a medir ya los resultados en salud de las innovaciones, y calibrar así el "verdadero valor" que aportan y los ahorros que suponen para la sociedad en términos sanitarios (al evitar hospitalizaciones y consultas y mejorar la adherencia), económicos (al reducir bajas laborales y absentismo y mejorar la productividad) y sociales (reduciendo o evitando, por ejemplo, la carga de cuidados de la dependencia en el hogar).