MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
Tener elevado el colesterol LDL aumenta significativamente la probabilidad de sufrir ictus isquémico - que representa aproximadamente el 85% de todos los ictus-, por tanto no debería sorprendernos que el uso de los fármacos para el colesterol reduzca el riesgo de accidentes cerebrovasculares en paciente con 'colesterol malo'.
MEDICAMENTOS PARA BAJAR EL COLESTEROL
Ahora bien, hasta ahora no se habían observado sus efectos en adultos mayores sanos y, por tanto, sin problemas cardiovasculares. Es en esta población en la que han trabajado durante nueve años investigadores franceses, que han descubierto que el uso de medicamentos para bajar el colesterol se asocia un tercio menos de riesgo de accidente cerebrovascular en los adultos mayores sin enfermedad previa.
En los países de altos ingresos, se produce una proporción cada vez mayor de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares en las personas de más edad. En Francia, por ejemplo, las personas de 85 años y más representaron el 43 por ciento de las muertes por enfermedad coronaria y el 49 por ciento de los fallecimientos por accidente cerebrovascular en 2010.
Sin embargo, muy pocas personas mayores de 70 años participan en los ensayos de pruebas de fármacos cardiovasculares, por lo que su beneficio en las personas de más edad sigue siendo incierto. No obstante, los fármacos hipolipemiantes son ampliamente utilizados para prevenir enfermedades del corazón y derrame cerebral en grupos de mayor edad, lo que se conoce como prevención primaria.
Por ello, un equipo de investigación con sede en Francia se propuso determinar la asociación entre el uso de fármacos hipolipemiantes (estatinas o fibratos) en personas mayores sanas y el riesgo a largo plazo de la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular. Siguieron a 7.484 hombres y mujeres (con una edad promedio de 74 años) sin antecedentes conocidos de eventos vasculares, como ataques al corazón y derrames cerebrales, que viven en tres ciudades francesas (Burdeos, Dijon y Montpellier).
Se realizaron exámenes cara a cara cada dos años, además de que enfermeras y psicólogos capacitados también realizaron entrevistas y tomaron diversas medidas físicas y cognitivas. Asimismo, se tuvieron en cuenta factores tales como la educación, la ocupación, los ingresos y el estilo de vida de los participantes.
Después de un tiempo medio de seguimiento de nueve años, los investigadores encontraron que el uso de fármacos hipolipemiantes (estatinas o fibratos) se relacionó con un riesgo de accidente cerebrovascular un tercio menor en comparación con los no consumidores. Pero no hallaron relación entre el uso de fármacos hipolipemiantes y la enfermedad cardiaca coronaria.
Otros análisis, teniendo en cuenta la edad, el sexo, el índice de masa corporal, la presión arterial y los niveles de colesterol en sangre, no mostraron ninguna modificación del efecto, bien en accidente cerebrovascular o de enfermedad cardiaca coronaria.
En una población de personas de edad que vivían en la comunidad sin antecedentes de eventos vasculares, el uso de estatinas o fibratos se relacionó con una disminución del 30 por ciento en la incidencia de accidente cerebrovascular, dicen los autores.
NO SE VAN A CAMBIAR PAUTAS DE PREVENCIÓN
El estudio, publicado en 'British Medical Journal' esta semana, es una investigación observacional, así que no hay conclusiones definitivas sobre causa y efecto, pero, si se repiten los resultados del estudio, supondrá que los fármacos hipolipemiantes podrían ser considerados para la prevención del ictus en la población de más edad, dicen los investigadores.
A pesar de algunas limitaciones, dicen que sus datos "sustentan la hipótesis de la protección contra el accidente cerebrovascular relacionada con el uso a largo plazo de los fármacos hipolipemiantes para la prevención primaria en personas mayores, sin diferencias entre las estatinas y los fibratos".
En la población de estudio, la incidencia de ictus fue baja (en general, 0,47 por cada 100 persona/año) por lo que una reducción del 30 por ciento en los resultados de riesgo del accidente cerebrovascular en un número limitado de casos evitados.
Sin embargo, "en otras poblaciones más expuestas al riesgo de accidente cerebrovascular, reducción de un tercio en el riesgo de ictus, de confirmarse, podría tener un efecto importante en la salud pública", señala Christophe Tzourio, profesor de Epidemiología en la Universidad de Burdeos y el Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica (Inserm, por sus siglas en francés).
Este estudio no va a cambiar las pautas, pero los resultados "son lo suficientemente convincentes para justificar aún más la investigación para probar la hipótesis de que la reducción de lípidos puede ser eficaz en la prevención primaria del ictus en personas de edad avanzada", concluye Graeme Hankey, profesor de Neurología de la Universidad de Western Australia, en un editorial acompañante.