MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) ha demostrado que el tratamiento a largo plazo de ratones sanos de mediana edad (un año) con un fármaco utilizado actualmente para tratar el cáncer puede aumentar su esperanza de vida una media del diez por ciento, hasta unos tres años.
En esta investigación, publicada en la revista científica 'Nature Aging', los ratones fueron alimentados con una dieta de control o la misma dieta con la adición de un fármaco llamado alpelisib. Los ratones alimentados con la dieta que contenía el fármaco no sólo vivieron más, sino que mostraron algunos signos de estar más sanos en la vejez, como una mejor coordinación y fuerza.
Sin embargo, los investigadores se muestran cautos a la hora de aplicarlo a los humanos, ya que los ratones tratados con el fármaco también presentaban algunos marcadores negativos de envejecimiento, como una menor masa ósea.
"El envejecimiento no sólo tiene que ver con la esperanza de vida, sino también con la calidad de vida. Por eso nos alegró ver que este tratamiento farmacológico no sólo aumentaba la longevidad de los ratones, sino que también mostraban muchos signos de un envejecimiento más saludable. Ahora estamos trabajando para entender cómo ocurre esto", ha resaltado uno de los autores de la investigación, Chris Hedges.
El investigador principal, el profesor asociado Troy Merry, ha puntualizado que el estudio no insta a tomar este fármaco a largo plazo para alargar la vida, ya que tiene "algunos efectos secundarios".
"Sin embargo, este trabajo identifica mecanismos cruciales para el envejecimiento que serán de utilidad en nuestros esfuerzos a largo plazo por aumentar la esperanza de vida y la duración de la salud. También sugiere varias posibilidades de tratamiento a corto plazo con este fármaco para ciertas enfermedades metabólicas, y estamos trabajando en ello", ha apuntado.
El alpelisib actúa sobre una enzima llamada PI 3-quinasa. "Llevamos más de 20 años trabajando en el desarrollo de fármacos dirigidos contra la PI 3-quinasa, ya que las pruebas indicaban que serían útiles para tratar los cánceres, ya que muchos de ellos presentan un exceso de activación de esta vía", ha afirmado.
Por tanto, los investigadores consideran que estos fármacos "podrían tener aplicaciones en otros campos y revelar nuevos mecanismos que contribuyen a las enfermedades relacionadas con el envejecimiento". "También demuestra el valor de la inversión a largo plazo en investigación en áreas como ésta", ha remachado.