MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Después de 12 semanas de tomar un fármaco contra el asma, un subgrupo de pacientes con diabetes tipo 2 mostró una reducción clínicamente significativa en la glucosa en sangre durante un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, informan los autores, científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego y de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos.
En un artículo publicado este miércoles en 'Cell Metabolism', un equipo dirigido por el director del Instituto de Diabetes y Salud Metabólica de UC San Diego, Alan Saltiel, y el director del Programa MEND de Obesidad y Trastornos Metabólicos en la Universidad De Michigan, Elif Oral, junto con científicos del Instituto Salk de Ciencias Biológicas, identificaron una firma molecular en pacientes que respondieron al amlexanox, un fármaco antiinflamatorio y antialérgico usado para tratar el asma que se desarrolló en los años 80 en Japón.
El descubrimiento no está listo para la clínica, pero sí revela un potencial nuevo enfoque terapéutico para el tratamiento de la diabetes tipo 2. "Cuando miramos al grupo tratado con fármacos vimos una distribución bimodal, es decir, hubo algunos que respondieron y otros que no. No entendimos por qué, por lo que hicimos un análisis molecular a partir de biopsias de células de grasa que tomamos de pacientes al inicio y al final del estudio", dice Saltiel.
"En el grupo de respuesta, el nivel de inflamación en la grasa fue mayor que en el grupo que no respondió al inicio del estudio, lo que indica que hay algo sobre la inflamación que predispone a una persona a responder. Hubo más de 1.100 cambios génicos que ocurrieron exclusivamente en aquellos participantes que respondieron". agrega.
UN NUEVO MECANISMO CONTRA LA DIABETES Y EL HÍGADO GRASO
Amlexanox es un inhibidor de dos enzimas, IKKe y TBK1. En estudios anteriores, Saltiel y el equipo habían descubierto que estas dos enzimas son inducidas en ratones obesos, provocando una caída en el gasto de energía o reducción de calorías quemadas, lo que les llevó a buscar inhibidores de estas enzimas examinando una biblioteca de 150.000 productos químicos. De esta forma, encontraron amlexanox. Dar a los ratones obesos el inhibidor les hizo perder peso, mientras que su sensibilidad a la insulina aumentó, mejoró su diabetes y la enfermedad hepática grasa.
El ensayo humano reveló que los cambios génicos que ocurrieron en el modelo de ratón también se produjeron en el grupo de respuesta humana. El azúcar en la sangre en los pacientes de ensayo clínico descendió a medida que los genes implicados en el gasto de energía cambiaron.
El ensayo de prueba de concepto comenzó con un ensayo de seguridad no cegado de seis pacientes y fue seguido por un ensayo controlado de 42 pacientes obesos con diabetes tipo 2. La mitad de los pacientes fueron asignados al azar a un grupo placebo mientras que la otra mitad recibió amlexanox durante tres meses. Se midieron el azúcar en la sangre, la sensibilidad a la insulina, el peso y la grasa hepática y se tomó una biopsia de células grasas de la sección media de cada paciente antes y después del ensayo para medir los cambios en la expresión génica.
"La parte más emocionante de esto es que tenemos un nuevo fármaco que nunca se ha estudiado antes --apunta Saltiel--. Es un nuevo mecanismo para un medicamento contra la diabetes y el hígado graso. Es prometedor, pero hay un montón de preguntas que deben contestarse todavía".
Entre las cuestiones abiertas, están: ¿Qué cambios genéticos son los más importantes para atacar? ¿Cuál es la dosis correcta de medicamento? ¿A qué hora del día se debe administrar? ¿Con qué frecuencia deben tomar los pacientes el medicamento? ¿Qué otras combinaciones de fármacos pueden usarse con amlexanox? ¿Se puede aumentar el porcentaje de personas que responden? ¿Se mantendrán los efectos beneficiosos del fármaco durante más tiempo?
Un tercio de los participantes en el estudio ciego respondió y entre los que respondieron que tenían enfermedad hepática grasa no alcohólica, también se observó una mejora. Saltiel adelanta que su laboratorio en la Facultad de Medicina de la UC San Diego planea profundizar en los cambios genéticos para comprender mejor cuáles son los más importantes que afectan a la grasa del hígado, lo que se traduce en cambios en los niveles de azúcar en la sangre y más. Está planeando un nuevo ensayo clínico humano con colegas en Michigan.