MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, ha reclamado que los medicamentos biológicos y biosimilares puedan ser dispensados en las oficinas de farmacia y no solo en hospitales, siempre que lo permitan las condiciones de uso, para facilitar la accesibilidad de los pacientes a sus tratamientos.
Así se ha pronunciado Aguilar durante la rueda de prensa de presentación de la 'Guía de Medicamentos Biosimilares para farmacéuticos', un documento que pretende ser de "referencia" para todos los farmacéuticos. Así, repasa aspectos como los procesos de aprobación y garantías de calidad, seguridad y eficacia de estos medicamentos.
Estos biosimilares, medicamentos que contienen una versión del principio activo de origen biológico original, solo son dispensandos en las oficinas de farmacia en cuatro casos: la insulina glargina, el condroitín sulfato, la folitropina alfa y la enoxaparina sódica. La propuesta del CGCOF, que ya han trasladado al Ministerio es que hasta 15 fármacos de este tipo se puedan obtener en la farmacia comunitaria.
"No tiene sentido que el paciente se desplaze hasta el hospital a por un solo fármaco y el resto lo pueda adquirir en la oficina de farmacia. Los medicamentos tienen que dispensarse en beneficio del paciente, y los fármacos que estén donde tienen que estar, en las farmacias. Diversos estudios demuestran que es más barato dispensar en la comunitaria que en la hospitalaria", ha detallado Aguilar.
Al respecto, la vocal asesora de la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) y Farmacia, Isabel Pineros, ha puntualizado que "hay que estudiar caso por caso", y que, en la hipótesis de que estos fármacos biosimilares estén disponibles en la farmacia comunitaria, también deberían estarlo sus productos de referencia, los productos biológicos y biotecnológicos.
Pineros, en cualquier caso, ha defendido la importancia de los biosimilares, que "garantizan que se incremente la competencia a un precio más asumible". "Sería imposible financiar nuevas moléculas sin los biosimilares. Se puede cuestonar su grado de innovación o complejidad, pero es incuestionable su valor en el SNS", ha reivindicado.
Misma opinión se expone en la guía, coordinada por el doctor en Farmacia Francisco José Farfán, donde se recoge que la aparición de medicamentos biosimilares "favorece la competencia en el mercado, lo que se traduce en precios más bajos y, por tanto, en un mejor acceso de los pacientes a tratamientos biológicos". Desde 2006, fecha en la que se aprobó el primer biosimilar (hormona del crecimiento), se han tratado a más de 700 millones de pacientes en Europa.
A nivel nacional, hay hasta 53 medicamentos biosimilares autorizados, de 15 principios activos. Anualmente, se aprueban entre tres y cinco, pero durante el último año se ha llegado hasta los 16. Su gasto supone apenas el 1,8 por ciento de la facturación. Sin embargo, según un estudio de la Fundación Weber, desde 2006 han ahorrado unos 500 millones de euros, y se prevé que alcance los 2.200 millones de ueuros adicionales hasta 2022.