MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Expertos reunidos en la sesión científica extraordinaria 'Nuevos anticoagulantes de acción directa: manejo y controversias en la práctica clínica', organizada por la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), con la colaboración de la alianza Bristol-Myers Squibb-Pfizer, han recordado que los nuevos anticoagulantes orales de acción directa (ACODs) reducen hasta en un 60 por ciento el riesgo de hemorragias intracraneales.
"A diferencia de antagonistas de la vitamina K, no requieren monitorización, se administran a dosis fijas y tienen menos interacciones con otros fármacos y con la ingesta", ha explicado la profesora y académica de número de la RANM, Ana Villegas. Estas declaraciones han sido corroboradas por la jefa del servicio de Hematología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Pilar Llamas, quien ha asegurado que los ACODs han supuesto una "ventaja" en cuando a facilidad de uso y eficacia.
Sin embargo, la especialista ha avisado de que aunque estos fármacos no precisen un control "tan estricto" como los anticoagulantes clásicos, hay que ser "muy cuidadosos" con los pacientes ancianos (de más de 80 años de edad), porque pueden tener "disminuida" la función renal y algunos de los medicamentos de esta clase tienen una "elevada" eliminación renal. En estos casos, señala, el médico debe valorar el uso del anticoagulante de acción directa con menor eliminación renal.
"El reto al que nos enfrentamos ahora es el de seleccionar el fármaco más adecuado para cada tipo de paciente. Por ello, el primer paso es evaluar el riesgo hemorrágico y trombótico del enfermo, si padece insuficiencia renal, con un aclaramiento de creatinina menor de 30 siguen siendo de elección los anticoagulantes antiguos, las posibles interacciones con otros fármacos o los efectos secundarios", ha apostillado la doctora del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Susana Asenjo.
A su juicio, para los pacientes que comienzan con la anticoagulación, los ACODs pueden ser de elección y, sobre todo, en los pacientes más jóvenes con actividad laboral. "Son medicamentos orales, que se toman una o dos veces al día y que no necesitan controles de laboratorio", ha precisado.
Esa menor exigencia de realizar controles para monitorizar la anticoagulación podría hacer pensar, según ha indicado Villegas, en una menor adherencia terapéutica. Sin embargo, la realidad ha demostrado que no sucede así, y de hecho, algunos estudios han encontrado una adherencia al tratamiento de hasta el 88 por ciento. Además, enfatiza, que no haya que pinchar al paciente periódicamente no implica que no se le realice un seguimiento.
MONITORIZACIÓN DEL PACIENTE
En este sentido, la doctora del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Ana Rodríguez Huertas, ha propuesto una monitorización inicial en cada paciente que inicia la anticoagulación, porque debe tener la sensación de que es dirigido y apoyado. "No es tanto para ajustar el tratamiento, sino para que el enfermo se sienta seguro. Además, el control es necesario en ciertas situaciones clínicas, como son complicaciones trombóticas y hemorrágicas, tratamientos farmacológicos que pueden interactuar con el anticoagulante o enfermedades inter recurrentes, entre otras", ha comentado.
Los ACODs también están indicados en el postoperatorio de cirugía ortopédica de cadera y rodilla, donde compiten con las heparinas de bajo peso molecular, y está comprobada su eficacia y seguridad para prevenir las hemorragias en la enfermedad tromboembólica.
A las ventajas descritas se añade la de poder revertir en poco tiempo el efecto anticoagulante si fuese necesario. Sobre este aspecto, el presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, Vicente Vicente, ha recordado que, aunque con menos riesgo que los anticoagulantes clásicos, las complicaciones hemorrágicas son el principal problema del tratamiento con los ACODs.
"Existen opciones de reversión del efecto anticoagulante como los concentrados de complejo protrombínico (CPPs) ó factor VIIa recombinante, y además se están desarrollando antídotos para utilizarlos cuando haya hemorragias importantes derivadas del tratamiento, pero también si el paciente necesita una intervención quirúrgica urgente o si presenta una hemorragia digestiva o intracraneal", ha afirmado Vicente.
Finalmente, la presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica, Cristina Avendaño, ha solicitado se comuniquen "con rigor" los análisis que sustentan las restricciones económicas, porque algunas de ellas son de "difícil comprensión", como sucede con la exclusión del tratamiento de la enfermedad tromboembólica venosa o la no inclusión de los pacientes con un ictus previo.