MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los expertos reunidos en el seminario 'El uso del cannabis en la consulta médica. Reflexiones y aproximaciones científicas', organizado por Jazz Pharmaceuticals, han puesto en valor la importancia de que los medicamentos elaborados industrialmente a base de cannabis autorizados por las agencias reguladoras se utilicen siempre por delante de otras alternativas terapéuticas.
Así lo ha defendido la doctora Rosana Cajal, directora médica de Jazz Pharmaceuticals de España y Portugal, quien ha establecido la diferencia entre medicamentos elaborados a base de cannabis; productos con fines terapéuticos fabricados con dicha planta y productos de consumo no medicinales que continen cannabidiol (CBD).
"El medicamento ha pasado por todas las fases de un ensayo clínico que ha sido posteriormente aprobado por una agencia reguladora y que, por tanto, ha evaluado todos los riesgos. En cambio, los efectos de los productos sanitarios a base de cannabis solo se miden a través de estudios piloto de carácter más precario", ha explicado Cajal.
"Dichos estudios suponen una evidencia de uso, pero nunca es una evidencia científica como la de un ensayo clínico. La autorización garantiza que los efectos secundarios sean controlados, definidos, y se puedan tratar y anticipar", expresa.
"Por ello, desde Jazz Pharmaceuticals creemos que es absolutamente crítico un enfoque fundado en generar una base de evidencia científica de alta calidad y asegurar la aprobación regulatoria", ha destacado la doctora.
En este sentido, ha aclarado que los medicamentos que llevan cannabis nunca son "la primera opción", sino que son "de tercera o cuarta línea". "Antes se deben prescribir otros tratamientos y, si estos no son efectivos, es cuando se recetan los que llevan cannabis; es decir, se exige que al principio los pacientes se traten con otros medicamentos", ha detallado Cajal.
En relación a ello, la experta también ha mencionado la 'jerarquía del medicamento', una medida de garantía que ya han tenido en cuenta otros países que han dado los primeros pasos para liberalizar sus políticas sobre productos a base de cannabinoides no aprobados regulatoriamente, el llamado 'cannabis medicinal'.
Estos sistemas establecen que cuando hay medicamentos aprobados por las autoridades para su uso en enfermedades o indicaciones específicas, estos deben utilizarse siempre por delante de los productos no aprobados por las autoridades, puesto que estos últimos carecen de evidencia clínica que respalde su uso. Además, solo si los medicamentos autorizados existentes no tienen éxito, se pueden utilizar productos a base de cannabis no aprobados por las autoridades reguladoras.
De la misma manera se ha manifestado el profesor Francisco Zaragozá, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá de Henares, quien ha aclarado que aspectos como la seguridad solo se pueden determinar a través de ensayos clínicos en los que se evalúa la farmacocinética (es decir, cómo se absorbe, distribuye, metaboliza y elimina el medicamento), y la farmacodinámina (el efecto en los humanos) de cada compuesto a través de las dosis fijadas por una ruta de administración concreta.
DOS MEDICAMENTOS APROBADOS A BASE DE CANNABINOIDES
Actualmente, existen dos medicamentos a base de cannabinoides autorizados por las entidades reguladoras, uno de ellos ('Epidyolex'), indicado para dos tipos de epilepsias refractarias graves que se inician en la infancia: el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet, y otro para la mayoría de los síntomas en pacientes adultos con espasticidad moderada o grave debida a la esclerosis múltiple.
En concreto, la doctora Mar Carreño, presidenta de la Sociedad Española de Epilepsia, ha precisado que las epilepsias refractarias solo representan el 30 por ciento de las epilepsias, por lo que 'Epidyolex' no se usa en la mayoría de las epilepsias. Así, ha incidido en la eficacia de este medicamento, cuyo principio activo es el CBD, en la medida en que disminuye las crisis epilépticas en esta población.
Al hilo de lo comentado anteriormente, la experta ha hecho hincapié en la importancia de la realización de ensayos clínicos sobre este compuesto. "Lo primero es la seguridad del paciente, y para esto, hay que conocer muy bien los puntos de partida y los cauces específicos que ha seguido el fármaco", ha defendido la doctora.
"Hoy en día parece que el CBD se presenta como una sustancia inocua, qu se puede usar para casi cualquier cosa, pero de los productos no regulados desconocemos casi todo: la concentración, el porcentaje de terahidrocannabinol (THC)", ha advertido, para añadir que, por tanto, "sí hay riesgos, especialmente para personas que ya toman otros fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central".
De hecho, asegura que "el THC puede ser especialmente perjudicial en personas con epilepsia, que en ocasiones tienen dificultades cognitivas y psiquiátricas asociadas a la enfermedad".