MADRID, 30 May. (EUROPA PRESS) -
El médico reumatólogo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), Rubén Queiro, ha asegurado que los fármacos biológicos son los "más efectivos" para tratar la artritis psoriásica (APs), ya que no solo cubren adecuadamente sus distintas manifestaciones, sino que también detienen el daño estructural que genera la enfermedad en las articulaciones de estos pacientes.
El experto se ha pronunciado así en el simposio satélite titulado 'Una opción terapéutica diferente para los pacientes con artritis psoriásica', organizado por Janssen en el marco del XLIII Congreso de la Sociedad Española de Reumatología (SER), con el objetivo de analizar la aportación de la inhibición de la vía IL12/23 en el tratamiento de la artritis psoriásica (APs) en la práctica clínica real.
Allí, los expertos han revisado los datos procedentes de la experiencia clínica española en estos pacientes con ustekinumab, fármaco biológico desarrollado y comercializado por Janssen con el nombre de 'STELARA'. "Ustekinumab es un fármaco con una eficacia contrastada para tratar las manifestaciones articulares, cutáneas y ungueales de la artritis psoriásica. Es, hoy por hoy, uno de los fármacos biológicos más seguros y cómodos de usar, lo que repercute en tasas de supervivencia más altas", ha recalcado el doctor Queiro.
En concreto, en la consulta monográfica de artritis del HUCA han tratado hasta la fecha unos 50 pacientes desde marzo del 2015 y un 56 por ciento de ellos están en situación de MDA, un objetivo de tratamiento "muy exigente", y con un porcentaje similar a lo conseguido por los antiTNF en la práctica clínica.
"Por otra parte, hemos tratado a pacientes con todo el espectro de manifestaciones de la artritis psoriásica y el fármaco se ha mostrado efectivo y con un perfil de seguridad favorable en todos esos dominios de la enfermedad", ha apostillado, para informar de que en el campo de la APs se están consiguiendo éxitos en su abordaje global debido a los avances tanto terapéuticos como a los nuevos conocimientos etiopatogénicos de la enfermedad.
En concreto, el doctor ha asegurado que los avances en el tratamiento han venido desde dos frentes: de la llegada de nuevas moléculas que atacan la inflamación psoriásica desde distintos enfoques (anti IL23, anti-IL17, anti PDE4), y de la distinción en las medidas de desenlace que apuntan hacia objetivos de tratamientos más exigentes, pero al tiempo realistas, como conseguir la respuesta MDA.
RETOS EN EL TRATAMIENTO DE LA ARTRITIS PSORIÁSICA
Ahora bien, una de las principales complicaciones en los pacientes con APs es el daño estructural prematuro ligado a un retraso diagnóstico que, tal y como ha puntualizado el experto, "por desgracia no raro en esta patología".
De hecho, su diagnóstico tarda una media de 5 a 7 años y uno de los actuales retos es conseguir diagnosticar la artritis psoriásica antes de los 6 meses después de su comienzo, e iniciar, asimismo, el tratamiento adecuado inmediatamente, ya que esto parece mejorar el pronóstico de la enfermedad. Se estima que entre un 2-3 por ciento de la población general padece psoriasis y, de ese porcentaje, aproximadamente un tercio sufrirá a lo largo de su vida artritis psoriásica.
A su entender, en estos pacientes es frecuente la comorbilidad cardiovascular con su consecuencia en forma de desenlaces cardiovasculares adversos y recorte en la expectativa de vida. "También nos preocupa la seguridad de las actuales terapias a medio y largo plazo. El pronóstico de la enfermedad sigue cambiando en sentido favorable gracias a las estrategias de abordaje conjunto derma-reuma y el uso protocolizado de las terapias clásicas (MTX, anti-TNFs) y las más novedosas. No obstante, el pronóstico puede verse ensombrecido por el retraso diagnóstico y la comorbilidad cardiovascular", ha zanjado.