MADRID 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad de Utah (Estados Unidos) sugiere que el uso de 'Ozempic' (semaglutida) podría reducir la fuerza muscular en mayor medida que la pérdida de masa magra a la que contribuye este tratamiento para la obesidad, según experimentos realizados en ratones.
El estudio, publicado en 'Cell Metabolism', apunta que la masa muscular cambia menos de lo esperado con este fármaco, pero la capacidad física podría verse debilitada, por lo que urge a impulsar estudios clínicos que determinen los efectos de estos medicamentos en las personas.
"Si realmente queremos ayudar a las personas que podrían estar perdiendo masa muscular, necesitamos saber que realmente la están perdiendo", ha apuntado el autor principal del estudio Katsu Funai, profesor asociado de nutrición y fisiología integrativa en la Facultad de Salud de la Universidad de Utah.
En un ensayo con ratones, los investigadores descubrieron que la pérdida de peso inducida por 'Ozempic' redujo la masa magra en aproximadamente un 10 por ciento. La mayor parte de esta pérdida de peso no provino del músculo esquelético, sino de otros tejidos como el hígado, que se redujo casi a la mitad.
"La pérdida de masa en órganos metabólicamente activos, como el hígado, es esperable como parte de una pérdida de peso saludable", ha explicado la coautora principal del estudio Ran Hee Choi. A su vez, otro de los coautores principales, Takuya Karasawa, ha precisado que "es improbable" que esta pérdida de masa magra "represente un efecto adverso grave".
Algunos músculos esqueléticos también se redujeron a medida que los ratones perdieron peso, en promedio, alrededor de un seis por ciento, lo cual no es suficiente para explicar la pérdida general de masa magra. Otros músculos mantuvieron su tamaño.
Parte de esta pérdida de masa muscular se debe a un retorno a la normalidad, según han afirmado los científicos. El aumento de grasa también suele conllevar un aumento de músculo esquelético, ya que el cuerpo debe realizar más esfuerzo para desplazarse. Por lo tanto, la pérdida de grasa puede conllevar una pérdida de músculo sin afectar la calidad de vida en general.
Cuando los investigadores evaluaron la fuerza que podían ejercer los músculos de los ratones, descubrieron que, en algunos músculos, la fuerza disminuía a medida que los ratones perdían peso, incluso cuando el tamaño del músculo se mantenía prácticamente igual. En otros músculos, la fuerza no variaba.
En personas, estos efectos son desconocidos, pero los investigadores han advertido que pueden ser especialmente preocupantes para personas mayores de 60 años que se sometan al tratamiento, ya que presentan un mayor riesgo inicial de pérdida muscular y movilidad reducida. "La pérdida de la función física es un fuerte predictor no solo de la calidad de vida, sino también de la longevidad", han alertado.
Con todo, los autores del estudio han rechazado que estos resultados se extrapolen de forma directa a humanos, ya que los ratones y las personas ganan y pierden peso de forma diferente.
A este respecto, han detallado que la obesidad en personas se asocia con una menor actividad física, mientras que los ratones no tienden a ser menos activos al ganar peso. Además, los ratones de este estudio desarrollaron sobrepeso debido a una dieta rica en grasas, mientras que las personas desarrollan sobrepeso por diversas razones, como la genética, la dieta, los patrones de sueño y la edad.
En lugar de establecer un paralelismo directo con los humanos, los investigadores han aseverado que sus resultados enfatizan la necesidad de realizar más estudios clínicos. "Sigue existiendo una necesidad significativa de validación en humanos, especialmente en lo que respecta a la fuerza muscular", han indicado puntualizando que los ensayos clínicos no solo deben evaluar 'Ozempic' sino todos los futuros medicamentos que se están desarrollando para perder peso.
MEJOR COMPRENSIÓN Y NECESIDAD DE ABORDAJE INTEGRAL
La investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares (IdISBa) Joana Nicolau ha destacado en declaraciones a SMC España que los resultados del estudio ayudan a entender mejor los mecanismos subyacentes a la pérdida de masa magra, aunque no puedan extrapolarse directamente a humanos.
"Es importante recordar que, en personas con obesidad, la masa magra suele estar aumentada, y parte de su reducción con este fármaco podría deberse a mejoras en la calidad muscular, como la disminución de la infiltración grasa (mioesteatosis)", ha señalado.
Para Nicolau, los hallazgos refuerzan la necesidad de un abordaje "integral" de la obesidad, una enfermedad crónica, compleja, multifactorial y recidivante, que combine el tratamiento con fármacos como la semaglutida con un plan nutricional adecuado y un programa de ejercicio adaptado, que incluya entrenamiento de fuerza para preservar tanto la masa muscular como su funcionalidad.
"Un uso inapropiado de estos fármacos o sin un seguimiento regular podría comprometer resultados importantes para la salud a largo plazo", ha alertado la especialista.