Un estudio advierte de que la prescripción de corticoides sistémicos en España es mucho mayor de lo recomendado

Archivo - Mujer con asma, mascarilla.
Archivo - Mujer con asma, mascarilla. - XESAI/ ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 26 enero 2022 17:34

MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -

Una investigación promovida por varios hospitales españoles con una muestra de más de 100.000 pacientes con asma bronquial ha evidenciado que los corticoides sistémicos, pese a sus efectos secundarios adversos, se prescriben en los asmáticos mucho más de lo recomendado, especialmente en atención primaria.

El estudio, publicado en la revista científica 'The Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology', analiza con 'Big Data' y tecnología de Savana de procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje automático a toda la población asmática de la red sanitaria de Castilla-La Mancha (SESCAM) a partir de 2,7 millones de registros médicos electrónicos. Los resultados, en cualquier caso, son extensibles a toda la población española.

Según sus conclusiones, más de la mitad de pacientes con asma bronquial, un total de 58.745, ha tomado en algún momento corticoides sistémicos para el tratamiento de la enfermedad. Además, por otra parte, cada año aumenta progresivamente la prescripción médica de estos antiinflamatorios sistémicos en la población general.

La investigación es representativa del manejo del asma bronquial en la población asmática adulta. El período de estudio fue del 1 de enero de 2015 al 31 de diciembre de 2019, y se evaluó de manera global, con cortes anuales posteriores, lo que permitió conocer no solo la situación de la enfermedad durante este período, sino también cómo ha ido progresando cada año. Se excluyó el 2020 por la distorsión generada por la pandemia del coronavirus. Los resultados han confirmado la necesidad de implementar medidas para reducir la prescripción de corticoides sistémicos a pacientes con esa enfermedad.

Durante el periodo de estudio, 103.667 pacientes (el 59,8 % eran mujeres) fueron diagnosticados y tratados de asma en los diferentes niveles asistenciales. Más de la mitad, 58.745, había tomado corticoides sistémicos en algún momento para el tratamiento de la enfermedad. El perfil del paciente era de mayor edad (una media de 48 años), con mayor prevalencia de hipertensión, dislipidemia, diabetes, obesidad, depresión y hernia de hiato.

Según los resultados del estudio, los corticoides sistémicos se utilizan habitualmente para tratar el asma, con una frecuencia acumulada en las prescripciones que aumenta progresivamente cada año, y que ha pasado del 31,4 por ciento en 2015 al 39,6 por ciento en 2019. De acuerdo a las cifras, el porcentaje de pacientes que en el período de estudio ha tomado corticoides sistémicos no ha sido en ningún momento inferior al 15 por ciento.

Estos medicamentos se prescribieron principalmente en servicios de atención primaria (59%), con un uso muy elevado, y con mucha menos frecuencia en los departamentos de alergia (13%) y neumología (20%). Aunque la diferencia entre alergia y neumología puede explicarse por diferencias en la edad y el perfil de los pacientes, no se ha podido explicar el uso generalizado en atención primaria.

En cuanto a los principales efectos secundarios, algo más del 10 por ciento de los pacientes que recibieron corticoides sistémicos desarrollaron osteoporosis, frente al 2,5 por ciento que la padeció sin haberlos tomado. En el caso del glaucoma, los porcentajes fueron el 3,5 por ciento y el 1,2 por ciento, respectivamente, en función de la prescripción de corticoides sistémicos o no.

El asma es una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo. Se calcula que alrededor de 340 millones de personas la padecen. En un ataque de asma, las vías respiratorias pueden inflamarse y estrecharse.

Por sus propiedades antiinflamatorias, así como por su acción rápida e intensa, las guías médicas recomiendan corticoides sistémicos, un tipo de fármaco dirigido al tratamiento a corto plazo de exacerbaciones de asma graves, o como terapia de mantenimiento adicional en pacientes con enfermedad grave que no responden a corticoides inhalados de mantenimiento en dosis altas.

De acuerdo a dichas guías médicas, los corticoides sistémicos deben restringirse a aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes con enfermedad grave, dado que su uso se asocia a un mayor número de efectos adversos en la práctica clínica.