SANT CUGAT DEL VALLÈS (BARCELONA), 15 (EUROPA PRESS)
La multinacional catalana Grifols trabaja en una nueva línea de investigación con células madre que se suma a las ya dedicadas a hemoderivados y que mantendrá tras la compra y fusión de la norteamericana Talecris.
"Tengo 61 años y no veré el final, pero es una tecnología donde tenemos que estar", ha dicho el presidente de Grifols, Víctor Grifols, quien ha destacado la importancia de crecer y llegar a nuevos mercados.
La multinacional dedicada a la farmacia hospitalaria invierte más del 4% de las ventas a investigación, lo que le permitirá mantener también las líneas desarrolladas en Estados Unidos, cuya adquisición supondrá casi un 60% de las ventas, mientras que Europa representa el 26% y Canadá el 7%.
La nueva línea de investigación, que se desarrolla bajo la empresa Gri-Cel, se ha instalado en su nueva sede corporativa mundial, ubicada en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y que inaugura este miércoles el ministro de Industria, Miguel Sebastián, acompañado del equipo directivo de la empresa y de la alcaldesa del municipio, Mercè Conesa.
La sede, que supone el traspaso de las oficinas de la Torre Mafre de Barcelona, cuenta con tres edificios corporativos de más de 45.000 metros cuadrados que albergan unos 200 trabajadores de los ámbitos de dirección, comerciales y algunos laboratorios, que irán creciendo según se amplíen los proyectos de investigación.
Con la adquisición de la estadounidense Talecris por 2.800 millones de euros, Grifols se ha convertido en el tercer productor de hemoderivados del mundo con presencia en más de 90 países y filiales propias en 24 y la primera empresa europea del sector, con el objetivo de incrementar desde este mismo año sus ingresos como referente internacional en el desarrollo, producción, comercialización e investigación de fármacos derivados del plasma.
Grifols contempla ahora nuevos proyectos como la inauguración en septiembre de nueva línea de producción de un nuevo medicamento en la planta de Parets del Vallès (Barcelona) y la puesta en marcha del ensayo médico de un tratamiento para retrasar el progreso del Alzheimer, que se desarrollará durante un año con 300 pacientes, 200 en España y otros 100 en Estados Unidos.