OVIEDO 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
Cajastur ha entregado este jueves a Unicef Asturias 100.000 euros, destinados a hacer frente la grave crisis alimentaria que sufren actualmente los países de la zona del Cuerno de África.
El presidente de Unicef en la región, Ángel Naval, ha asegurado en rueda de prensa que la aportación de la entidad financiera no es pequeña, y que la ayuda irá destinada a 1.200.000 niños que padecen desnutrición en Somalia.
No obstante, Unicef estima necesaria una inversión de 31,8 millones de dólares durante los tres próximos meses con el fin de proporcionar ayuda humanitaria a los niños y mujeres afectados.
Según ha explicado Naval, las acciones se centrarán en proporcionar alimentos nutricionales y vitaminas, facilitar el acceso al agua potable, realizar campañas de vacunación contra el sarampión, polio y otras enfermedades mortales, así como reanudar la escolarización de los niños a través de espacios de aprendizaje temporal.
Por su parte, el director de Zona Oviedo de Cajastur, Julio César Férnandez, ha apuntado que la esta crisis está ocasionada por los devastadores efectos de la sequía, al aumento del precio de los alimentos y las consecuencias del conflicto armado en Somalia, que está generando un gran flujo migratorio de refugiados.
En este sentido, y de acuerdo con los informes presentados por Unicef Asturias, ve "necesario" llevar a cabo "de manera urgente acciones" en los cuatro países del Cuerno de África --Kenia, Somalia, Etiopía y Djibuti-- para prevenir la muerte de aproximadamente 480.000 niños gravemente desnutridos.
Además, ha señalado que otros 1.649.000 niños se encuentran en situación de desnutrición moderada y que existe un alto riesgo de brotes de sarampión, diarrea acuosa aguda y neumonía.
"La emergencia nutricional en el Cuerno de África afecta a 12,4 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria, aunque hay un número desconocido de personas que pueden estar afectadas por la sequía pero que no han sido identificados", ha lamentado.
Asimismo, ha alertado de las epidemias de malaria y sarampión que se prevén "con la llegada de las lluvias en octubre, con un consecuente aumento de la mortalidad, tal y como ocurrió durante la hambruna de 1991", ha recordado.