MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Dos estatinas muy utilizadas, la rosuvastatina y la atorvastatina, son igual de eficaces para prevenir los infartos de miocardio, los accidentes cerebrovasculares y la muerte en personas con enfermedad arterial coronaria. Pero, aunque el tratamiento con rosuvastatina se asocia a una reducción de los niveles de colesterol, también conlleva un mayor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 que la atorvastatina, según un estudio publicado por 'The BMJ'.
La reducción de los niveles de colesterol "malo" (LDL) con estatinas se recomienda a las personas con enfermedad coronaria, una afección en la que los vasos sanguíneos que irrigan el corazón están estrechados u obstruidos, pero pocos ensayos han comparado directamente los efectos clínicos a largo plazo de las dos estatinas más potentes -rosuvastatina y atorvastatina- en personas con enfermedad coronaria.
Para solucionar este problema, investigadores coreanos analizaron los resultados del ensayo clínico LODESTAR, en el que participaron 4.400 adultos (edad media 65 años; 28% mujeres) con enfermedad coronaria en 12 hospitales de Corea del Sur.
Al inicio del ensayo, se registraron los antecedentes médicos y la información sobre el estilo de vida y se asignó aleatoriamente a los participantes a recibir rosuvastatina o atorvastatina a diario durante tres años, de septiembre de 2016 a noviembre de 2019.
A continuación, los investigadores examinaron las diferencias entre los dos grupos en cuanto a muertes por cualquier causa y tasas de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y revascularización coronaria (procedimientos para restablecer el flujo sanguíneo a partes del corazón).
También se evaluaron otros resultados de seguridad, como el desarrollo de diabetes tipo 2, los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardiaca, los coágulos sanguíneos importantes y la cirugía de cataratas. En total, 4.341 de los 4.400 participantes (98,7%) completaron el ensayo.
Los investigadores no encontraron diferencias apreciables entre los dos grupos en cuanto a muerte por cualquier causa (2,6% en el grupo de la rosuvastatina frente a 2,3% en el grupo de la atorvastatina), infarto de miocardio (1,5% frente a 1,2%), ictus (1,1% frente a 0,9%) o cualquier revascularización (5,3% frente a 5,2%).
El nivel medio de colesterol LDL durante el periodo de estudio fue inferior en el grupo de rosuvastatina que en el de atorvastatina (1,8 frente a 1,9 mmol/L). El grupo de rosuvastatina presentó una tasa más elevada de diabetes de tipo 2 que requirió medicación (7,2% frente a 5,3%) y de cirugía de cataratas (2,5% frente a 1,5%), pero otros resultados de seguridad no difirieron entre los dos grupos.
Los investigadores reconocen varias limitaciones del estudio, como el hecho de que sólo se incluyeron participantes asiáticos en este ensayo y que el periodo de estudio de tres años puede haber sido relativamente corto para encontrar efectos a más largo plazo de dos tipos de estatinas. Por ello, afirman que sus hallazgos "deben interpretarse con cautela, y se justifica una investigación más específica con un seguimiento más prolongado".
Sin embargo, concluyen que, "en personas con enfermedad arterial coronaria, la rosuvastatina y la atorvastatina mostraron una eficacia comparable en cuanto a la combinación de muerte por cualquier causa, infarto de miocardio, ictus o cualquier revascularización coronaria en un plazo de tres años. La rosuvastatina se asoció a niveles más bajos de colesterol LDL, pero conllevó un riesgo mayor de diabetes mellitus de nueva aparición que requirió antidiabéticos y cirugía de cataratas que la atorvastatina", concluyen.