Los efectos secundarios no se informan en más del 30% de los estudios

Investigadores hallan una proteína implicada en las enfermedades fibróticas
UNIVERSITY OF ERLANGEN-NUREMBERG - Archivo
Actualizado: viernes, 8 febrero 2019 17:36


MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los posibles efectos secundarios de las intervenciones no se informan completamente en más de un tercio de las revisiones de estudios de salud publicados, según ha concluido una investigación realizada en la Universidad de York (Reino Unido).

Los resultados negativos de una intervención se refieren a una reacción al fármaco o al efecto de un procedimiento, como la cirugía. Los efectos secundarios dañinos pueden ser raros y a largo plazo y, por lo tanto, difíciles de analizar como resultado de una intervención terapéutica.

El nuevo estudio, publicado en la revista 'Journal of Clinical Epidemiology', analizó los informes de eventos adversos en 187 revisiones sistemáticas publicadas entre 2017 y 2018. Las revisiones sistemáticas en investigación sanitaria tienen como objetivo resumir los resultados de las intervenciones y proporcionar evidencia de la efectividad de una actuación médica.

Las investigaciones han mostrado que el 35 por ciento de las revisiones no informaron completamente los efectos secundarios de la intervención médica. "A pesar de que declaran en sus propios protocolos que los eventos adversos deben incluirse en la revisión, el 65 por ciento informó el evento como se esperaba en el protocolo, el ocho por ciento los excluyó por completo, y el 27 por ciento restante informó o modificó parcialmente los resultados de los eventos adversos", detalla una de las autoras, Su Golder.

Sin embargo, un poco más del 60 por ciento ni siquiera incluyó los eventos adversos en sus protocolos, lo que sugiere que "se necesita un enfoque más proactivo para incitar a los médicos a informar sobre los posibles efectos secundarios perjudiciales en sus informes de intervenciones médicas".

Estos protocolos deben cumplir con una norma particular para ser aceptados para su publicación en una base de datos pública, que permita a los investigadores, pacientes, profesionales y especialistas en políticas acceder a información confiable basada en evidencia científica.

"Para evitar sesgos en el informe de estas características importantes de los ensayos clínicos, se necesita más trabajo para comprender por qué tantos revisores de estudios no los incluyen por completo y, tal vez, se necesita ser más estricto para representarlos en los protocolos de revisión en primera instancia", concluye Golder.