MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -
En los últimos años se ha reducido en España el presupuesto de las unidades hospitalarias del dolor y genera problemas para que los médicos puedan prescribir a sus pacientes el fármaco más adecuado en cada caso para esta problema, según ha asegurado la doctora Isabel Heraso, autora del libro '2ª parte de Viajeros en Tránsito'.
Determinadas enfermedades como las neurodegenerativas o el cáncer pueden conllevar que los pacientes pasen años con dolor, de ahí la necesidad de que los facultativos de todas las especialidades dominen el conocimiento de todos los escalones farmacológicos existentes para aliviar el dolor y que estos pacientes disfruten de la mejor calidad de vida posible durante todos los años de su vida.
"Es necesario practicar una asistencia transversal y multidisciplinar en la que se comparta el conocimiento entre profesionales y abordar mejor la atención al paciente en el área del dolor físico y psíquico", ha destacado.
El problema, según Heraso, es que el clínico ya no dispone de libertad de prescripción para abordar el dolor crónico benigno, como consecuencia de los protocolos que marca cada gerencia hospitalaria o la comunidad autónoma.
De hecho, esta experta asegura que para muchos casos de dolor crónico benigno el médico se ve obligado a prescribir morfina, fármaco con una farmacocinética rápida y es muy barata que "puede provocar al paciente una dependencia y tolerancia a este fármaco".
"Actualmente, existe una gran batería de opioides naturales y otros sintéticos, parches de liberación prolongada con lidocaína y, otros tratamientos antiinflamatorios que no tienen tantos efectos secundarios. Hay que estudiar cada caso de forma individual y consensuada entre las diferentes Unidades", según esta doctora.
Además, Heraso aconseja a los pacientes que se formen en toda la oferta terapéutica que hay disponible y que luchen para acceder a tratamientos clínicos aprobados.