MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en colaboración con otras instituciones, han diseñado un nanomedicamento que, administrado de forma oral, actúa específicamente en el bazo, el hígado y el pulmón, evitando la toxicidad en los riñones.
El principal problema de los fármacos ingeridos por vía oral es su dificultad para actuar en órganos determinados, al diseminarse por todo el organismo a través del torrente sanguíneo. Por ello, la doctora del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la UCM y una de las autoras del estudio, Dolores R. Serrano, ha explicado que "lo ideal es hacer llegar la mayor cantidad posible de fármaco a los órganos diana y reducir la cantidad en aquellos lugares donde produce toxicidad".
El estudio, publicado en la revista 'Molecular Pharmaceutics', ha revelado cómo las nanopartículas suministradas de forma oral a ratones y perros con estas enfermedades conseguían acumularse en el bazo, el hígado y el pulmón, dejando en los riñones una toxicidad mínima.
Para ello, los científicos han utilizado nanopartículas de tipo GCPQ (inferiores a 250 nanómetros) a las que han incorporado anfotericina B, un fármaco antifúngico utilizado para tratar candidiasis, aspergilosis y leishmaniasis por vía intravenosa. Además, su uso oral resulta tóxico en otros órganos.
"Al reducir la acumulación a nivel renal, se disminuye también su toxicidad en este tejido, y así se puede administrar una mayor dosis para conseguir una mejor eficacia", ha indicado el investigador del mismo departamento de la UCM y coautor del estudio, Juan José Torrado.
La acumulación selectiva en el bazo y el hígado es importante para tratar la leishmaniasis visceral, una infección producida por parásitos ubicados especialmente en estos dos órganos. Su acumulación en el pulmón resulta útil para infecciones fúngicas como la aspergilosis.
EVITA INGRESOS HOSPITALARIOS
Otra de las ventajas del nanomedicamento ingerido por vía oral es que evita la hospitalización y los efectos adversos relacionados con la administración intravenosa del fármaco, lo que resultaría especialmente útil para países en vías de desarrollo.
El siguiente paso de la investigación, en la que también participan la Universidad Rovira i Virgili, Cardenal Herrera-CEU, Portsmouth, Exeter y UCL School of Pharmacy, es realizar nuevos estudios en perros, antes de pasar a humanos.
"En el mundo veterinario, la leishmaniasis es un problema grave porque un alto porcentaje de casos termina con la muerte del animal", ha señalado Francisco Bolás, del departamento de Parasitología de la UCM y también autor del artículo. Por ello, los científicos avanzan que ya hay un par de empresas interesadas en el proyecto y están estudiando la viabilidad de producir la formulación a escala industrial.
Por último, la ventaja de los nanomedicamentos respecto a los productos tradicionales es que su diminuto tamaño -las nanopartículas son decenas de miles de veces más pequeñas que el grosor de un cabello- les permiten adquirir unas propiedades diferentes a los medicamentos convencionales, consiguiendo mayor efectividad en el suministro de los principios activos.