MADRID, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y los hospitales General de Massachusetts y Brigham and Women's de Boston (Estados Unidos) han desarrollado un novedoso hidrogel que podría mejorar el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal, tras los prometedores resultados que demuestran que es capaz de quedarse pegado en la pared intestinal afectada para ir liberando lentamente una sustancia farmacológica y controlar la inflamación.
Los autores de este trabajo, que describe en su último número la revista 'Science Translational Medicine', buscaban nuevas estrategias terapéuticas para hacer frente al creciente auge de estas patologías, tanto la colitis ulcerosa como enfermedad de Crohn, ya que en muchos casos los pacientes siguen sin conseguir un tratamiento que resulte realmente eficaz.
Así, hay pacientes que deben someterse a enemas diarios, algo que resulta incómodo, poco práctico y puede tener efectos secundarios cuando el medicamento es absorbido por tejido sano.
Ante esta situación, los autores de este trabajo iniciaron una investigación para probar mejores formas de administrar los tratamientos, utilizando en este caso un material gelatinoso desarrollado en el laboratorio para favorecer su actuación en la zona afectada.
"Nos dimos cuenta de que si pudiéramos desarrollar una especie de hidrogel que se adhiriera rápidamente a las úlceras y poco a poco fuera liberando fármacos en la zona afectada, el tratamiento sería más eficaz", ha reconocido Jeff Karp, uno de los autores del estudio.
Además, también permitiría a los pacientes recibir un enema a la semana y no diariamente, con la consiguiente reducción de los efectos secundarios y una mejora de la calidad de vida.
El equipo comenzó su trabajo con un material ya aprobado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), el palmitato ascorbilo, un material con carga negativa que automáticamente se siente atraído por la carga positiva del tejido dañado, lo que le permite quedar fijado en esas zonas.
SÓLO ACTÚA CUANDO LLEGA A LA ZONA INFLAMADA
De este modo, utilizaron una especie de gel a base de dicho material que a su vez fue cargado con un corticoide habitualmente utilizado para tratar estas patologías, lo que permitía "dirigir el tratamiento a las úlceras y liberar el fármaco únicamente en las zonas inflamadas", ha explicado Sufeng Zhang, investigador del MIT.
El equipo diseñó un sistema para que el hidrogel liberara el fármaco sólo cuando entrara en contacto con el tejido dañado, donde residen unas enzimas específicas capaces de romper las moléculas que sujetan el fármaco.
El tratamiento ha sido probado en dos modelos preclínicos de enfermedad inflamatoria intestinal, y vieron que podía ofrecer una reducción significativa de la inflamación con una dosis mucho menor a la que habitualmente se utilizan en los enemas diarios. Además, los niveles de corticoides en sangre eran entre 5 y 10 veces menores, lo que lo haría más seguro.
Asimismo, también probaron en laboratorio la eficacia del hidrogel en muestras de tejido intestinal de pacientes, y comprobaron como se adhería únicamente a la zona dañada, dejando de lado el tejido sano. Ante esta eficacia, pretenden repetir nuevos estudios con otros fármacos antes de probarlo en humanos.