MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha participado en un estudio, publicado en el 'New England Journal of Medicine', que evidencia que la dexametasona, un glucocorticoide que se usa para tratar muchas afecciones como, por ejemplo, los problemas reumáticos y el Covid-19 grave, puede aumentar la supervivencia de los bebés prematuros cuando se administra a mujeres embarazadas con riesgo de parto prematuro que viven en zonas de bajos recursos.
El trabajo, denominado 'WHO ACTION-I', resuelve la controversia actual sobre la eficacia de los esteroides prenatales para mejorar la supervivencia de los recién nacidos prematuros en países de bajos ingresos.
Desde hace mucho tiempo, la dexametasona, así como los medicamentos similares a la misma, han demostrado que son eficaces para salvar la vida de los bebés prematuros en los países de ingresos altos, donde hay una adecuada atención neonatal. Sin embargo, esta es la primera vez que un ensayo clínico ha demostrado que los medicamentos también son eficaces en entornos de bajos ingresos.
En concreto, según se ha observado, por cada 25 mujeres embarazadas tratadas con dexametasona, se logra salvar la vida de un bebé prematuro. Cuando se administra a madres con riesgo de parto prematuro, la dexametasona atraviesa la placenta y acelera el desarrollo pulmonar, lo que hace que sea menos probable que los bebés prematuros tengan problemas respiratorios al nacer.
"La dexametasona es ahora un fármaco probado para salvar a los bebés que nacen demasiado pronto en entornos de bajos ingresos. Pero solo es efectivo cuando lo administran proveedores de atención médica que pueden tomar decisiones oportunas y precisas, y brindar un paquete mínimo de atención de alta calidad tanto para las mujeres embarazadas como para sus bebés", ha explicado el jefe de la unidad de salud materna y perinatal de la OMS y HRP y uno de los coordinadores del estudio, Olufemi Oladapo.
A nivel mundial, la prematuridad es la principal causa de muerte en niños menores de 5 años. Cada año, se estima que 15 millones de bebés nacen prematuramente y un millón muere debido a complicaciones derivadas de su nacimiento prematuro. En entornos de bajos ingresos, la mitad de los bebés que nacen a las 32 semanas o menos mueren debido a la falta de atención viable y rentable.
En este sentido, el estudio señala que los proveedores de atención médica deben tener los medios adecuados para seleccionar a las mujeres con más probabilidades de beneficiarse del medicamento e iniciar correctamente el tratamiento en el momento adecuado, idealmente 48 horas antes del parto para dar tiempo suficiente para completar las inyecciones de esteroides y obtener el máximo efecto.
Además, las mujeres que se encuentran entre las semanas 26 y 34 de su embarazo tienen más probabilidades de beneficiarse del esteroide, por lo que los proveedores de atención médica también deben tener acceso a la ecografía para fechar con precisión sus embarazos. Del mismo modo, los bebés deben recibir una atención de calidad suficiente cuando nacen.
"Cuando en los países de bajos ingresos existe un paquete mínimo de atención para los recién nacidos, que incluye el manejo de infecciones, apoyo de alimentación, cuidados térmicos y acceso a una máquina CPAP para apoyar la respiración, los esteroides prenatales como la dexametasona pueden ayudar a salvar a los prematuros vidas de los bebés", ha apostillado el director de la unidad de salud neonatal de la OMS y otro de los coordinadores del estudio, Rajiv Bahl.
Realizado entre diciembre de 2017 y noviembre de 2019, el ensayo aleatorio reclutó a 2.852 mujeres y sus 3070 bebés de 29 hospitales de nivel secundario y terciario en Bangladesh, India, Kenia, Nigeria y Pakistán. Más allá de encontrar un riesgo significativamente menor de muerte neonatal y mortinato, el estudio también encontró que no hubo un aumento en las posibles infecciones bacterianas maternas al tratar a mujeres embarazadas con dexametasona en entornos de bajos recursos.