Archivo - Pareja en conflicto. - EMIRMEMEDOVSKI/ISTOCK - Archivo
MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
La disfunción sexual es un síntoma común de depresión. Los antidepresivos ISRS pueden ayudar a tratar la disfunción sexual mejorando el estado de ánimo, pero a la vez, los propios ISRS suelen estar asociados con efectos secundarios sexuales. Desafortunadamente, no hay forma de predecir estos efectos secundarios con antelación.
La dificultad para alcanzar el orgasmo es un efecto secundario común, al igual que la reducción del deseo y la dificultad para mantener una erección. Estos efectos secundarios pueden afectar hasta al 70% de los pacientes que toman ISRS, como prozac y escitalopram. Estos efectos pueden ser angustiantes y, a menudo, llevan a las personas a suspender el tratamiento.
ISRS Y DEPRESIÓN: EFECTOS SEXUALES DIFÍCILES DE PREVER
Investigadores del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca) han descubierto que la capacidad de tener una erección o un orgasmo está relacionada con los niveles de serotonina en el cerebro, pero esta relación solo se aplica a pacientes con depresión que toman antidepresivos ISRS.
Actualmente, no existe una prueba que determine quiénes podrían experimentar problemas sexuales durante el tratamiento para la depresión, pero este descubrimiento podría ayudar a los pacientes con depresión a elegir antidepresivos que les permitan mantener o recuperar una vida sexual activa. Este trabajo se presenta en la conferencia del ECNP en Ámsterdam (Países Bajos).
Los investigadores de Copenhague estudiaron a 90 personas diagnosticadas con depresión. Midieron la actividad serotoninérgica cerebral mediante una prueba de electroencefalograma (EEG) llamada LDAEP (Dependencia de la Sonoridad de los Potenciales Evocados Auditivos), que es similar a una prueba de audición que revela cómo el cerebro procesa el sonido. Sorprendentemente, esto también nos informa sobre los niveles de serotonina en el cerebro: cuanto menor es el LDAEP, mayor es la actividad serotoninérgica.
Los pacientes comenzaron entonces un tratamiento de ocho semanas con antidepresivos ISRS, y los investigadores monitorearon cuidadosamente cualquier efecto secundario sexual que desarrollaran. Esto les permitió ver si podían predecir quiénes tendrían problemas sexuales basándose en la medición de LDAEP previa al tratamiento.
El investigador principal, Kristian Jensen del Hospital Universitario de Copenhague, expone: "Descubrimos que las personas con mayor actividad de serotonina antes de iniciar el tratamiento eran mucho más propensas a desarrollar efectos secundarios sexuales al final del tratamiento antidepresivo de 8 semanas, especialmente dificultad para alcanzar el orgasmo.
HACIA TRATAMIENTOS MÁS PERSONALIZADOS Y SEGUROS
Utilizando esta medición cerebral no invasiva, combinada con información sobre problemas sexuales relacionados con la depresión, pudimos predecir la capacidad para alcanzar el orgasmo con un 87% de precisión. Necesitamos un estudio más amplio, con más hombres, para obtener una cifra precisa de disfunción eréctil".
Actualmente, los pacientes solo descubren los efectos secundarios sexuales después de haber comenzado la medicación antidepresiva. Medir la actividad de la serotonina mediante la prueba LDAEP al inicio del tratamiento con antidepresivos nos permite predecir la probabilidad de problemas sexuales posteriores debido al ISRS.
De confirmarse, estos hallazgos podrían permitir un enfoque más preciso para el tratamiento de la depresión, ayudando a los médicos a seleccionar medicamentos que minimicen los efectos secundarios sexuales en los pacientes con mayor probabilidad de desarrollar problemas relacionados con los ISRS. Esto podría mejorar la adherencia al tratamiento y la calidad de vida en general, y, en general, ofrecer mejores opciones de tratamiento para la depresión.
"Nuestros hallazgos parecen aplicarse únicamente a los problemas sexuales inducidos por medicamentos, por lo que no constituye una prueba general para las dificultades sexuales. Sin embargo, ahora buscamos refinar esto; tenemos un estudio en curso con 600 pacientes que analizará cómo los niveles de serotonina, combinados con los niveles de hormonas sexuales, afectan la función sexual durante la depresión y el uso de medicamentos", concluyen los investigadores.