Cuidado con los antiinflamatorios si eres hipertenso

Actualizado: viernes, 24 julio 2015 11:08

   MADRID, 24 Jul. (Reuters/EP) -

   El uso regular de antiinflamatorios no esteroideos puede aumentar el riesgo de padecer enfermedad renal crónica en pacientes con presión arterial alta, según ha mostrado una investigación realizada por expertos del Instituto Nacional de Investigación en Salud en Zhunan (Taiwán).

   Tras analizar a 30.000 personas con hipertensión, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en 'Hypertension', comprobaron que los pacientes que habían tomado antiinflamatorios no esteroideos, durante al menos tres meses, eran un 32 por ciento más propensos a padecer una enfermedad renal crónica, en comparación con aquellos que no los utilizaban.

   Incluso si los pacientes utilizan estos medicamentos durante menos de tres meses, todavía tenían un 18 por ciento más de riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica.

DEPENDE DE LA DURACIÓN

   "Nuestros resultados sugieren que la duración de la toma de los antiinflamatorios no esteroides juega un papel en esta patología entre las personas con hipertensión", ha aseverado el autor principal del estudio, Hui-Ju Tsai.

   Los antiinflamatorios no esteroideos son unos de los fármacos más utilizados en todo el mundo para distintas dolencias como, por ejemplo, dolor de cabeza, artritis, dolores menstruales o gripe. Se trata de fármacos como la 'Aspirina', ibuprofeno o naxopreno, entre otros.

   El daño renal puede desarrollarse en personas con hipertensión porque los riñones se juntan con los vasos sanguíneos densos y transportan grandes volúmenes de sangre. La hipertensión no controlada puede hacer que las arterias de alrededor de los riñones se endurezcan, debiliten o estrechen, dañando los órganos por la restricción del flujo sanguíneo.

   Por este motivo, los expertos han reconocido que una de las limitaciones de su trabajo es que no se han realizado pruebas de sangre para confirmar la gravedad de la enfermedad renal. Además, sólo analizaron el uso de antiinflamatorios no esteroideos que habían sido suministrados con receta.