Combinar antibióticos con clorato, nueva arma contra bacterias resistentes

Archivo - Doctor wearing a white hygienic glove and holding an elderly woman's leg to check for gangrene due to diabetes. Concept of healthcare and occupational health
Archivo - Doctor wearing a white hygienic glove and holding an elderly woman's leg to check for gangrene due to diabetes. Concept of healthcare and occupational health - PRASIT SUPHO/ ISTOCK - Archivo
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Publicado: martes, 30 septiembre 2025 7:08

   MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Una nueva terapia farmacológica combinada podría desmantelar las bacterias difíciles de tratar que habitan en las infecciones de heridas crónicas, según expertos de la Universidad de Oregón (Estados Unidos).

   Sus hallazgos, publicados en la revista 'Applied and Environmental Microbiology', arrojan luz sobre cómo desarrollar tratamientos antimicrobianos más eficaces que promuevan la cicatrización de heridas crónicas. Dichos tratamientos también podrían ayudar a reducir el riesgo de infecciones graves que a veces provocan amputaciones, como las úlceras del pie diabético.

    Este enfoque combina sustancias conocidas desde hace tiempo que, por sí solas, tienen poca eficacia contra patógenos difíciles de tratar que se infectan en heridas crónicas, como la bacteria Pseudomonas aeruginosa. Sin embargo, al añadir pequeñas dosis de una molécula simple llamada clorato a los antibióticos estándar, la combinación demostró ser 10.000 veces más eficaz para eliminar células bacterianas en el laboratorio que los antibióticos monofármacos. Esta potencia redujo la dosis de medicamento necesaria para eliminar P. aeruginosa.

    "Si los hallazgos se pueden trasladar a los humanos, podrían ayudar a acortar el tiempo que los pacientes necesitan tomar antibióticos y reducir los riesgos de toxicidad", comenta Melanie Spero, profesora adjunta de biología en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Oregón y autora principal del estudio.

    Aunque el trabajo se centra en el contexto de infecciones de heridas crónicas, la estrategia puede resultar prometedora para abordar la resistencia a los antibióticos de manera más amplia. "Creo que las combinaciones de fármacos serán un enfoque crucial que nos ayudará a combatir el aumento de la resistencia a los antibióticos", subraya Spero. "Encontrar ejemplos de sinergia entre los antimicrobianos que ya están en el mercado será muy valioso. Y tendremos que profundizar en los mecanismos que explican su buena eficacia conjunta". Una herida crónica es tejido lesionado que no ha comenzado a cicatrizar en un plazo normal de cuatro a doce semanas. El tipo más común es la úlcera del pie diabético, expone Spero, que es una llaga abierta en la planta del pie que se forma por mala circulación, presión prolongada y falta de sensibilidad.

   Según una investigación publicada por la Asociación Americana de Diabetes, aproximadamente 1 de cada 4 personas con diabetes tipo 2 desarrollan una úlcera en el pie y más de la mitad de esos casos se infectan.

    "Una infección activa es la complicación más común que impide que la herida sane y cierre", comenta Spero, y agrega que, cuando es grave, 1 de cada 5 úlceras del pie diabético requiere una amputación. "Es muy debilitante, pero no se está realizando mucha investigación microbiológica en este campo. Por lo tanto, es una oportunidad para marcar una gran diferencia".

    La investigación se basa en estudios que Spero realizó inicialmente como investigadora postdoctoral en el Instituto Tecnológico de California. Anteriormente, descubrió que el clorato, un compuesto simple e inocuo para mamíferos y humanos en las bajas dosis utilizadas en sus estudios, transforma los antibióticos, de ser poco efectivos, en potentes eliminadores de bacterias en cultivos celulares y modelos de ratones diabéticos.

    De esta forma, los resultados provienen de pruebas de laboratorio controladas en cultivos celulares bacterianos, por lo que su aplicación clínica aún está lejos. Sobre todo, porque las infecciones crónicas no suelen involucrar una sola bacteria, explica Spero, ya que albergan colonias microbianas completas que conviven e interactúan entre sí. Por lo tanto, descubrir cómo las combinaciones de fármacos afectan a estas comunidades complejas en organismos modelo es el siguiente paso obvio, añade.

    El mecanismo exacto por el cual el clorato potencia la acción de los antibióticos sigue siendo un misterio. Spero explica que los científicos saben que el clorato altera la respiración de nitratos, por lo que, en ausencia total de oxígeno, los microbios son aniquilados. Sin embargo, en microambientes con niveles bajos o altos de oxígeno, las bacterias pueden, de alguna manera, reparar ese daño y tolerar la sustancia química. Por lo tanto, en las pruebas tradicionales de detección de un solo fármaco, que suelen realizarse en condiciones de alto oxígeno, se ha pasado por alto el clorato, apunta Spero.

    Spero espera que mirar "debajo del capó" de una célula durante la exposición a antibióticos y clorato muestre a los científicos la maquinaria biológica que explica cómo las bacterias se vuelven susceptibles a una variedad de antibióticos.

   "Esto tendrá importantes implicaciones no solo para el tratamiento de las infecciones crónicas de heridas, sino también en general para el campo de las enfermedades infecciosas y nuestra lucha contra la resistencia a los antibióticos y el fracaso terapéutico", afirma Spero. "Una vez que comprendamos los mecanismos de sinergia farmacológica, podremos empezar a encontrar otras moléculas que provoquen estos comportamientos sinérgicos, y no parecerá una cuestión de adivinar dónde probamos todas las combinaciones posibles de fármacos. Podremos empezar a diseñar fármacos racionalmente, utilizando moléculas ya aprobadas".

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