MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una investigación realizada por expertos del Hospital Infantil de Boston, en Estados Unidos, sugiere la posibilidad de restaurar al menos alguna función visual en personas cegadas por daños en el nervio óptico debido al glaucoma, una enfermedad que se calcula que afecta a más de 4 millones de estadounidenses, o por un trauma.
Como se informa en la edición digital de este jueves de la revista 'Cell', estos científicos restauraron la visión en ratones con lesión del nervio óptico mediante el uso de la terapia génica para conseguir que los nervios se regeneraran y --el paso crucial-- la adición de un fármaco de bloqueo de canal para ayudar a los nervios a llevar los impulsos desde el ojo hasta el cerebro. En el futuro, en su opinión, podría lograrse el mismo efecto sólo con medicamentos.
En el estudio, ratones previamente ciegos volvieron la cabeza para seguir los patrones de franjas en movimiento después de recibir el tratamiento, dicen los co-investigadores Zhigang He y Michela Fagiolini, del Departamento de Neurología y el Centro F.M. Kirby de Neurobiología del Hospital Infantil de Boston. Los técnicos que realizaron las pruebas no sabían que los ratones habían sido tratados.
"Al hacer las barras más y más delgadas, se vio que los animales no sólo podían ver, sino que mejoró significativamente lo bien que podían ver", dice Fagiolini. Mientras que otros equipos, entre ellos uno en el Hospital Infantil de Boston, han restaurado la visión parcial en ratones, se basaban en técnicas genéticas que sólo se pueden hacer en un laboratorio y, en general, sus métodos conllevan la eliminación o el bloqueo de los genes supresores de tumores, que fomentan la regeneración pero también podría promover el cáncer.
El nuevo estudio es el primero en restaurar la visión con un enfoque realista que podría ser utilizado en la clínica y que no interfiere con genes supresores de tumores. El avance clave en la restauración de la visión fue conseguir que las fibras nerviosas regeneradas (axones) no sólo formen conexiones funcionales con las células del cerebro, sino también lleven impulsos durante todo el camino desde el ojo hasta el cerebro.
El reto fue que las fibras volvieron a crecer sin la vaina aislante conocida como mielina, que ayudan a propagar las señales nerviosas a través de largas distancias. "Encontramos que los axones regenerados no están mielinizados y tienen muy mala conducción; la velocidad de desplazamiento no es lo suficientemente alto como para sustentar la visión -dice He--. Necesitábamos una manera de superar este problema".
Gracias a la literatura médica, se enteraron de que un bloqueador de los canales de potasio, 4-aminopiridina (4-AP), ayuda a fortalecer las señales nerviosas cuando la mielina está ausente. El fármaco se comercializa como AMPYRA para la esclerosis múltiple, un trastorno que también conlleva pérdida de la mielina. Cuando lo agregaron, las señales fueron capaces de llegar hasta el final.
Aunque el estudio utilizó terapia génica con virus llamados AAV para administrar los factores de crecimiento que activan la regeneración (osteopontina, factor de crecimiento similar a la insulina 1 y factor neurotrófico ciliar), He y Fagiolini están probando si la inyección de un "cóctel" de proteínas del factor de crecimiento directamente en el ojo podría ser igualmente eficaz.
"Estamos tratando de comprender mejor los mecanismos y con qué frecuencia tendríamos que inyectar las proteínas a inyectar -añade He--. El virus de la terapia génica empleado está aprobado para su estudio clínico en enfermedades de los ojos, pero un medicamento sería aún mejor".
Con la regeneración en el pistoletazo de salida, 4-AP o un medicamento similar podría entonces dar forma sistémica para mantener la conducción nerviosa. Debido a que 4-AP tiene potenciales efectos secundarios, incluyendo convulsiones si se administra crónicamente, los autores han comenzado a probar derivados (aún no aprobados por la agencia norteamericana del medicamento) que son potencialmente más seguros para el uso a largo plazo.
Los investigadores están probando aún más los ratones para comprender mejor el alcance de la recuperación visual y si su enfoque puede conseguir que la mielina vuelva a crecer con el tiempo. "Puede ser necesario combinar los medicamentos con entrenamiento visual para facilitar la recuperación --adelanta Fagiolini--. Pero ahora tenemos un paradigma para seguir adelante".