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BRUSELAS, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha propuesto este martes extender la lista de químicos que son vigilados y cuya presencia en aguas de ríos, lagos y aguas costeras comunitarias se somete a control porque puede ser peligrosa, con el objetivo de incluir quince nuevas sustancias, entre ellas, por primera vez, varios productos farmacéuticos. Bruselas advierte de que no cuestiona el valor médico de los fármacos señalados, pero cree necesario vigilar su incidencia en el medio ambiente, atendiendo a informes científicos recientes.
En concreto, el Ejecutivo comunitario pide añadir al listado sustancias fitofarmacéuticas (aclonifén, bifenox, cipermetrina, dicofol, heptacloro y quinoxifeno), biocidas (cibutrina, diclorvós y terbutrina), industriales (ácido perfluorooctanosulfónico --PFOS-- y hexabromociclododecano --HBCDD--), derivados de la combustión (dioxina y policlorobifenilos (PCB) similares a las dioxinas), y farmacéuticas (17 alfa-etinilestradiol --EE2--, 17 beta-estradiol --E2-- y diclofenaco).
Lo que defiende Bruselas al proponer que se incluyan estas sustancias en el listado es que se obligue a la desaparición progresiva de los vertidos de estos productos en un plazo de veinte años.
"La contaminación del agua es una de las preocupaciones más frecuentes de los ciudadanos europeos. Las quince sustancias químicas adicionales deben ser vigiladas y controladas para asegurar que no plantean ningún riesgo para el medio ambiente o la salud pública", ha declarado en un comunicado el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.
Sobre la inclusión por primera vez de sustancias farmacéuticas, Bruselas quiere dejar claro que "no se cuestiona el valor médico" de los productos señalados, sino que se pretende "abordar los posibles efectos perjudiciales" de su presencia en el agua.
Las concentraciones superiores a los límites propuestos pueden afectar a la salud de los peces, por ejemplo al reducir su capacidad de reproducirse con éxito, además de dañar a otros organismos vivos, según dice la Comisión en un comunicado, en el que admite que su "conciencia de la incidencia de las sustancias farmacéuticas en el medio ambiente ha aumentado considerablemente en los últimos años".