MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El aumento del uso de productos farmacéuticos aumentó las emisiones de carbono durante la pandemia de Covid-19, a pesar de los esfuerzos para reducir la huella de carbono, según un estudio de la Universidad de Nagoya (Japón).
Para evaluar los cambios a lo largo del tiempo en la huella de carbono, el grupo de investigación registró la electricidad, el gas, el consumo de agua, los costes farmacéuticos y de suministros médicos y las cantidades de residuos del Hospital Universitario de Nagoya y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nagoya entre 2010 y 2021. Según las conclusiones del estudio, publicado en la revista 'Globalization and Health', las emisiones de carbono procedentes del gas y la electricidad disminuyeron durante la pandemia de Covid-19, pero aumentaron las relacionadas con el uso de productos farmacéuticos.
Si se quiere actuar contra la crisis climática, es urgente evaluar las emisiones de carbono del sector médico. La industria médica de los países desarrollados es responsable de gran parte de su huella de carbono. Por ejemplo, la sanidad en Estados Unidos contribuye aproximadamente en un 10 por ciento a su huella de carbono nacional. Como consecuencia, el sector médico está intentando reducir las emisiones, como en el Reino Unido, donde el Servicio Nacional de Salud pretende ser neutro en carbono para 2045.
Así las cosas, el equipo de investigación de Nagoya descubrió que la huella de carbono global en 2020 había aumentado casi un 27 por ciento en 10 años. Aproximadamente una cuarta parte de estas emisiones de carbono procedían del consumo de electricidad.
Aunque las emisiones de carbono derivadas de la electricidad y el gas disminuyeron durante el periodo de estudio, la huella de carbono global del hospital siguió aumentando. Dado que el Hospital Universitario de Nagoya utiliza cuidados médicos avanzados, este aumento de las emisiones de carbono podría estar relacionado con el mayor uso de productos farmacéuticos y suministros médicos necesarios para tratar a los pacientes, muchos de ellos de edad avanzada.
A pesar del aumento general de la huella de carbono del hospital durante el estudio, esta disminuyó ligeramente, algo más de un 2 por ciento, en el primer año de la pandemia de Covid-19. Esto se debió en parte a que las emisiones de carbono fueron inferiores a las del año anterior. Esto se debió en parte al menor número de pacientes en 2020 y a las consiguientes reducciones en productos farmacéuticos, uso de agua y residuos no médicos.
Sin embargo, a pesar de la disminución de la huella de carbono global del hospital, la gravedad de la Covid-19 siguió contribuyendo a las emisiones de carbono. Durante la pandemia, la estancia media de un paciente en el hospital fue más larga debido a la necesidad de una mayor atención médica. Además, el mayor número de pacientes que requirieron cuidados intensivos supuso un aumento de las emisiones de carbono procedentes de los productos farmacéuticos.
Como resultado, aunque se produjo una disminución de la huella de carbono global entre 2018 y 2020, la huella de carbono mensual por ingreso hospitalario aumentó. En otras palabras, el tamaño global de la huella de carbono del hospital fue menor que en años anteriores debido al menor número de pacientes, pero la gravedad de la Covid-19 significó que la huella de carbono por hospitalización fue mayor. La buena noticia es que durante los periodos en que el riesgo de enfermedad grave es bajo y los pacientes no requieren hospitalización ni cuidados intensivos, los hospitales pueden reducir el uso de productos farmacéuticos que producen emisiones de carbono.
Otro factor que contribuye al aumento de las emisiones de carbono del hospital pueden ser los calurosos veranos de Nagoya. A medida que aumentaba la temperatura exterior de la ciudad, también lo hacía la huella de carbono del Hospital Universitario de Nagoya. La causa probable fue el aumento del consumo eléctrico y de gas para mantener una temperatura interior agradable para el personal y los pacientes. Por tanto, con el aumento del calor asociado al cambio climático, es probable que crezca la huella de carbono de las instituciones médicas.
"Hay dos lecciones importantes de esta investigación. En primer lugar, urge evaluar la realidad de las emisiones de carbono médicas porque el personal médico no puede sacrificar a las generaciones futuras con la excusa de salvar a los pacientes actuales", afirma Yamamoto. "En segundo lugar, es importante promover medidas de salud pública para reducir la futura demanda médica, porque el mundo se enfrenta a una sociedad envejecida, al sobretratamiento, el sobrediagnóstico y las visitas innecesarias. Es crucial reconocer la importancia de la vacunación y la medicina preventiva desde una perspectiva sostenible. Esta investigación muestra tanto la importancia como la realidad de medir y evaluar con precisión las emisiones de carbono en los centros médicos de todo el mundo", ha finalizado.