La aplicación clínica de la fármacogenética permitirá reducir los efectos adversos de los medicamentos

Actualizado: lunes, 3 octubre 2011 19:43

MADRID 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

La traslación de la farmacogenética y la farmacogenómica a la práctica asistencial permitirá reducir a la mitad las hospitalizaciones y muertes asociadas a efectos adversos de los medicamentos por un uso inadecuado de los mismos, según han asegurado los asistentes al Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacogenética y Farmacogenómica (SEFF), que se celebra estos días en Pamplona.

El objetivo principal del encuentro, según resume el presidente organizador del evento, el doctor Jesús García-Foncillas, es destacar los "beneficios que se pueden derivar de la rápida y eficaz aplicación clínica de las novedades que se obtienen en estas áreas de conocimiento".

La inadecuada individualización de los tratamientos da lugar a más de un cuarto de millón de hospitalizaciones y a más de 12.000 muertes anuales por efectos adversos a medicamentos en nuestro país, unas cifras que podrían reducirse entre un 30 y 50 por ciento mediante la traslación a la clínica de lo que ya sabemos en farmacogenética y farmacogenómica", aseguran los asistentes.

Para ello, consideran clave potenciar el diálogo entre los investigadores básicos y los clínicos, ya que esto puede contribuir muy significativamente a una traslación "más eficiente" de resultados desde el laboratorio a la clínica.

Esto facilitaría "la deseada individualización de la terapéutica y, por tanto, garantizaría un tratamiento más eficaz y seguro", añade Julio Benítez Rodríguez, de la Cátedra de Farmacología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura (Badajoz).

La seguridad del paciente es uno de los ámbitos que más podrían beneficiarse de una ágil traslación a clínica de los progresos en farmacogenética y farmacogenómica.

Uno de los casos más claros es cómo la farmacogenética ha permitido identificar el grupo de pacientes que realmente se beneficia del tratamiento con anticuerpos frente al EGFR en el tratamiento del cáncer de colon y de sus inhibidores enzimáticos en el cáncer de pulmón, con lo que se evitan toxicidades innecesarias y se optimizan los recursos sanitarios.