MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores pediátricos han descubierto que los niños y adultos tratados con algunos antibióticos orales tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cálculos renales.
Esta es la primera vez que estos medicamentos se han relacionado con esta afección, según los autores de este estudio, que reveló los riesgos más fuertes a edades más tempranas y entre los pacientes expuestos más recientemente a los antibióticos.
"La prevalencia general de cálculos renales ha aumentado en un 70 por ciento en los últimos 30 años, con aumentos particularmente agudos entre adolescentes y mujeres jóvenes", afirma el líder del estudio Gregory E. Tasian, urólogo pediátrico del Hospital de Niños de Filadelfia (CHOP, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, quien detectó que los cálculos renales anteriormente eran poco frecuentes en los niños.
La autora del estudio, Michelle Denburg, nefróloga pediátrica de CHOP, agrega: "Se desconocen los motivos del aumento, pero nuestros hallazgos sugieren que los antibióticos orales juegan un papel, especialmente dado que a los niños se les prescriben antibióticos en mayor proporción que adultos".
Tasian, Denburg y sus colegas detallan sus resultados en un artículo que se publica este jueves en 'Journal of the American Society of Nephrology'. El equipo de estudio se basó en registros electrónicos de salud de Reino Unido, que abarcna 13 millones de adultos y niños atendidos por médicos generales en la Red de Mejoramiento de la Salud entre 1994 y 2015.
Se analizó la exposición previa a antibióticos para casi 26.000 pacientes con cálculos renales, en comparación con casi 260.000 sujetos de control.
CINCO CLASES DE ANTIBIÓTICOS LIGADOS A PIEDRAS EN LOS RIÑONES
Los autores encontraron que cinco clases de antibióticos orales se asociaron con un diagnóstico de enfermedad de cálculos renales. Las cinco clases fueron sulfas orales, cefalosporinas, fluoroquinolonas, nitrofurantoína y penicilinas de amplio espectro.
Después de ajustar por edad, sexo, raza, infección del tracto urinario, otros medicamentos y otras afecciones médicas, los pacientes que recibieron sulfamidas registraban más del doble de probabilidades que los no expuestos a los antibióticos de tener cálculos renales; para las penicilinas de amplio espectro, el aumento del riesgo fue un 27 por ciento más.
Los riesgos más fuertes para cálculos renales fueron en niños y adolescentes. El riesgo de cálculos renales disminuyó con el tiempo, pero se mantuvo elevado varios años después del uso de antibióticos. Los científicos ya sabían que los antibióticos alteran la composición del microbioma humano, la comunidad de microorganismos en el cuerpo.
Las interrupciones en el microbioma intestinal y urinario se han relacionado con la aparición de cálculos renales, pero ningún trabajo previo reveló una relación entre el uso de antibióticos y los cálculos.
Tasian señala que otros investigadores descubrieron que aproximadamente el 30 por ciento de los antibióticos prescritos en visitas al consultorio son inadecuados y los niños reciben más antibióticos que cualquier otro grupo de edad, por lo que los nuevos hallazgos refuerzan la necesidad de que los médicos tengan cuidado al recetar los antibióticos correctos.
Añade: "Nuestros hallazgos sugieren que las prácticas de prescripción de antibióticos representan un factor de riesgo modificable: un cambio en los patrones de prescripción podría disminuir la epidemia actual de cálculos renales en los niños".