Andalucía.-La Junta edita un estudio que ve "muy susceptible de mejora" el copago farmacéutico pero no prevé reformas

Actualizado: lunes, 7 junio 2010 11:45

Aboga por "personalizar" el copago según las condiciones socioeconómicas, el tipo de enfermedad y el medicamento adquirido

SEVILLA, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de la Presidencia de la Junta, ha editado un estudio titulado 'Nuevos enfoques en el diseño de copagos farmacéuticos', que concluye que el actual sistema de copago farmacéutico vigente en España "es muy susceptible de ser mejorado", si bien pone de manifiesto que "lamentablemente la controversia social que genera el copago en sanidad hace poco previsible que se acometan reformas, al menos a corto plazo".

El estudio, elaborado por los investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla Paula González y Nicolás Portero y al que ha tenido acceso Europa Press, realiza a lo largo de 18 páginas un análisis comparativo de los sistemas de copago farmacéutico actualmente en vigor en Europa que pone de manifiesto la "enorme heterogeneidad" existente a la hora de ponerlo en práctica por los diferentes países.

Según los autores, el objetivo del trabajo es "aportar contribuciones teóricas que permitan replantear la conveniencia de modificar el actual sistema de copago farmacéutico", ya que consideran que el español "carece de buenas propiedades tanto desde una perspectiva de eficiencia como de equidad", toda vez que "es uno de los sistemas europeos que incorporan menos variables en el cálculo del valor de la aportación de los ciudadanos".

En este sentido, el estudio contrapone "sistemas relativamente sencillos" como el español, donde "el copago de un 40 por ciento es uniforme para los afiliados al Régimen General de la Seguridad Social con sólo dos excepciones (copago nulo para pensionistas y de un 10 por ciento para enfermos crónicos o de larga duración)", frente a "sistemas mucho más sofisticados como el belga, en el que el copago difiere en función de la renta de los individuos y de la relevancia del medicamento en cuestión (medicamentos considerados vitales son dispensados sin copago, mientras que otros pueden llegar a tener un copago del 80 por ciento)".

Para superar estas diferencias, los autores defienden que el copago sobre medicamentos debería ser "altamente diferenciado" entre pacientes para mejorar los criterios de eficiencia y equidad, para lo que apuesta por "personalizar" el nivel de copago de los pacientes en función de sus características socioeconómicas, el tipo de enfermedad y el medicamento adquirido con el objetivo de "ajustar la contribución de cada agente a sus características o a las del medicamento prescrito".

No obstante, los investigadores Paula González y Nicolás Portero no ocultan que todo ello "complicaría, sin duda, el proceso de implementación y gestión del sistema, y haría necesario un uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información para adquirir y procesar la cantidad ingente de datos necesarios para un correcto funcionamiento del mismo".

COPAGOS "DE IMPORTE MODERADO"

Otro estudio sobre el mismo asunto también editado por el Centro de Estudios Andaluces en 2006, titulado 'Las alternativas para la revisión del sistema de copago sobre los medicamentos', defendía que copagos obligatorios "de un importe moderado" sobre los medicamentos "pueden ser suficientes para aumentar la responsabilidad individual y desincentivar el sobreconsumo en aquella parte que se origina en las decisiones de los pacientes".

Su autor, Jaime Puig-Junoy, del Centro de Investigación en Economía y Salud de la Universidad Pompeu Fabra, sostenía que la participación del paciente en el coste de los medicamentos debería tener como objetivo principal el hecho de favorecer la "conciencia de coste" tanto en el paciente como en el prescriptor "sin penalizar la igualdad de acceso a un tratamiento efectivo para una misma necesidad ni empeorar el estado de salud de los individuos", ya que sostiene que "la evidencia empírica aconseja no conceder un papel preponderante al precio pagado por el paciente en el control del gasto en medicamentos".