Un análisis de sangre y un nuevo fármaco duplican el tiempo sin empeorar en cáncer de mama avanzado

Imagen de una mamografía para detectar cáncer de mama
Imagen de una mamografía para detectar cáncer de mama - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / OKSANA KRASYUK
Actualizado: martes, 1 julio 2025 11:31

   MÁLAGA, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

   Un equipo internacional de investigadores, con la destacada participación de Javier Pascual, oncólogo médico del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (HUVV) e Ibima Plataforma Bionand, ha logrado un avance que puede cambiar el tratamiento del cáncer de mama avanzado.

    Así, este martes se dan a conocer los resultados del ensayo clínico de fase III Serena-6, que demuestran que cambiar de forma temprana a un medicamento de nueva generación llamado camizestrant puede doblar el tiempo de control de la enfermedad en determinadas pacientes, comparado con el tratamiento hormonal convencional.

    En muchas pacientes con cáncer de mama avanzado 'ER-positivo/HER2-negativo' (es decir, tumores que crecen gracias a las hormonas y no por la proteína HER2), el tratamiento estándar combina un inhibidor de la aromatasa (que reduce la producción de estrógeno) con un fármaco que frena la división celular (inhibidor de CDK4/6), han indicado desde la Junta en un comunicado.

    Esta estrategia funciona muy bien al principio, pero en alrededor del 40% de los casos el tumor "aprende" a evadir la falta de hormonas gracias a mutaciones en un gen llamado ESR1. Cuando eso ocurre, los fármacos dejan de hacer efecto y el cáncer vuelve a crecer.

    El ensayo Serena-6 parte de una idea sencilla pero revolucionaria: detectar esas mutaciones de resistencia antes de que el tumor crezca en una exploración por imagen (TAC o resonancia). Para ello, se analiza cada 2-3 meses la sangre de las pacientes en busca de "fragmentos" de ADN tumoral circulante (ctDNA).

    Cuando se identifica una mutación en ESR1, en lugar de esperar a que el cáncer avance clínicamente, se cambia de inmediato a camizestrant, un nuevo tratamiento hormonal que ataca directamente el receptor de estrógeno, destruyéndolo por completo y venciendo así la mutación.

Un equipo internacional de investigadores, con la destacada participación de Javier Pascual, oncólogo médico del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (HUVV) e IBIMA Plataforma BIONAND, logra avance sobre tratamiento de cáncer de mama

    RESULTADOS QUE DUPLICAN MESES DE CONTROL DE LA ENFERMEDAD

   En el estudio participaron 3.256 mujeres con cáncer de mama avanzado que llevaban al menos seis meses recibiendo el tratamiento hormonal estándar, de las cuales 315 desarrollaron mutaciones en el gen ESR1, detectables mediante un análisis de ADN tumoral en sangre (ctDNA).

    Estas pacientes se dividieron al azar en dos grupos: uno de 157 mujeres que, al detectar la mutación en la sangre, cambiaron de inmediato a camizestrant manteniendo el inhibidor de CDK4/6; y otro de 158 que siguieron con la terapia habitual (inhibidor de aromatasa manteniendo también el inhibidor de CDK4/6) hasta que la progresión del tumor se hizo visible en las pruebas de imagen.

    Los resultados fueron muy claros. En el grupo que cambió a camizestrant, la mediana de tiempo durante el cual el cáncer no avanzó fue de 16,0 meses, mientras que en el grupo que continuó con el tratamiento convencional este periodo se quedó en 9,2 meses.

    En otras palabras, pasar a camizestrant redujo un 56% el riesgo de que la enfermedad empeorara o causara la muerte durante el periodo de seguimiento. Además, la calidad de vida de las pacientes mejoró de forma notable. Quienes recibieron camizestrant tardaron una media de 23,0 meses en notar un deterioro en su salud y bienestar general, frente a los 6,4 meses que tardaron las que siguieron con la terapia anterior.

   Javier Pascual ha explicado que "al adelantarnos a la progresión del tumor gracias al análisis de ADN en sangre, conseguimos semanas o meses adicionales de control de la enfermedad y de calidad de vida para las pacientes. Camizestrant es la primera terapia hormonal capaz de degradar por completo el receptor de estrógeno, incluso cuando éste sufre una mutación. En lugar de esperar a que el tumor 'se vea' en un escáner, atacamos directamente la causa de la resistencia".

   Por otro lado, han detallado que camizestrant marca la diferencia porque actúa de una manera completamente nueva frente a los tratamientos habituales. Mientras que estos últimos se limitan a bloquear la producción de estrógeno o a impedir que las hormonas activen el receptor, camizestrant va un paso más allá: destruye por completo el receptor de estrógeno, de modo que ni su forma normal ni su versión mutada pueden alimentar el crecimiento del tumor.

    Este enfoque directo es clave, ya que evita que las células cancerosas encuentren una vía de escape cuando el receptor sufre mutaciones que antes hacían inútil la terapia.

    Además, la forma de saber si el cáncer empieza a volverse resistente es mucho más sencilla y cómoda para la paciente. Con un simple análisis de sangre cada dos o tres meses, los médicos pueden detectar fragmentos de ADN tumoral circulante que indican la aparición de mutaciones de resistencia. De esta manera, se enciende una "alarma temprana" que permite cambiar al tratamiento con camizestrant antes incluso de que el tumor vuelva a crecer en las pruebas de imagen.

    Con este sistema, la oncología deja de depender exclusivamente de TACs o resonancias para saber si el cáncer avanza, y pasa a basarse en un marcador que se obtiene con una extracción de sangre.

    Por último, camizestrant forma parte de una nueva generación de fármacos hormonales que se caracterizan por tener un perfil de efectos secundarios más suave. Esto significa que las pacientes toleran mejor el tratamiento, con menos molestias y una calidad de vida más alta durante el tiempo que están bajo terapia.

IMPLICACIONES PARA LA PRÁCTICA CLÍNICA Y FUTURO DE LA ONCOLOGÍA

   El ensayo Serena-6 no solo confirma la eficacia de camizestrant en el cáncer de mama avanzado ER+/HER2-, sino que abre la puerta a un modelo de "medicina de precisión" basado en biomarcadores detectables en sangre.

    En lugar de esperar a que el tumor avance en las pruebas de imagen, los oncólogos podrán anticiparse gracias al ADN tumoral circulante y ofrecer tratamientos más eficaces justo en el momento en que aparece la resistencia.

    Así, han incidido en la prolongación del control tumoral: Al detectar la mutación de resistencia antes de la progresión radiológica, las pacientes ganan semanas o meses adicionales sin empeorar; y mejor calidad de vida, ya que al retrasar la progresión real del cáncer se traduce en un bienestar físico y emocional mayor, reduciendo la incertidumbre y el estrés.

    También la posible aplicación a otros tumores. Aunque Serena-6 se centró en cáncer de mama avanzado, este enfoque proactivo podría trasladarse a otros cánceres (pulmón, próstata u ovario) donde también surgen mutaciones de resistencia detectables en sangre. Si futuros estudios confirman estos resultados, se trataría de un cambio de paradigma en el manejo de múltiples tipos de cáncer.

    "Este ensayo demuestra que podemos adelantarnos a la progresión del tumor identificando mutaciones en sangre. Gracias a ello, las pacientes cambian a un fármaco más eficaz justo cuando su tumor empieza a 'despertar', logrando así semanas o meses de control adicionales sin grandes efectos secundarios. Es un paso adelante en la medicina de precisión", ha concluido Pascual.

    En los próximos meses, el equipo investigador seguirá estudiando el impacto a largo plazo de esta estrategia, así como protocolos de seguimiento más frecuentes para detectar mutaciones aún antes.

    Además, se diseñarán nuevos ensayos para comprobar si otros tipos de cáncer responden de la misma manera ante un cambio de fármaco guiado por análisis de ctDNA. Si se confirman estos resultados, podríamos estar ante un nuevo estándar de cuidado oncológico en el que la biología de cada paciente marque el rumbo del tratamiento.

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