MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una investigación publicada en la revista 'JAMA Network Open' vincula el uso de bloqueadores beta a hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca entre los pacientes con amiloidosis cardiaca, un subtipo común de insuficiencia cardíaca llamada de 'corazón rígido'.
La insuficiencia cardíaca ocurre cuando el corazón no puede satisfacer las demandas del cuerpo. Aproximadamente la mitad de los pacientes tienen insuficiencia cardíaca caracterizada por una compresión normal pero una relajación alterada del músculo cardíaco debido a un 'corazón rígido'. Esto también se conoce como insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada.
La otra mitad de los casos se debe a un 'corazón débil' con una compresión anormal, también conocida como insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida.
Los betabloqueantes, medicamentos que reducen la frecuencia cardíaca y la presión arterial, son muy recomendables en las directrices nacionales para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca "corazón débil" debido a su claro beneficio.
"Un gran problema con la insuficiencia cardíaca de 'corazón rígido' es que no tenemos terapias médicas efectivas --destaca el coautor Timothy Plante, profesor asistente de medicina en el Colegio de Medicina Larner de la Universidad de Vermont (Estados Unidos)--. Por ello utilizamos los mismos medicamentos que funcionan para la insuficiencia cardíaca 'corazón débil'. Debido a que los betabloqueantes salvan vidas en la insuficiencia cardíaca 'corazón débil', asumimos que también son efectivos en pacientes con insuficiencia cardíaca 'corazón rígido', pero esta suposición puede estar equivocada".
Plante, los autores principales Daniel Silverman y Markus Meyer y sus colegas analizaron datos del estudio TOPCAT (Tratamiento de la insuficiencia cardíaca preservada de la función cardíaca preservada con un antagonista de la aldosterona) financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, un ensayo del medicamento espironolactona en pacientes con insuficiencia cardíaca de 'corazón rígido'.
Aproximadamente cuatro de cada cinco participantes del estudio usaban betabloqueantes y los investigadores encontraron que el uso de estos fármacos es un factor de riesgo para hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca entre estos pacientes con esta variante de la insuficiencia cardíaca.
"El uso de betabloqueantes se asoció con un riesgo 74% mayor de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca entre los participantes con insuficiencia cardíaca y una función normal de la bomba", precisa Meyer, profesor asociado de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota.
A pesar de su uso común, los autores señalan que el uso de betabloqueantes en la insuficiencia cardíaca de 'corazón rígido' no se ha estudiado suficientemente. Esta publicación amplía su trabajo anterior, que encontró que detener los betabloqueantes mejora notablemente los niveles de la prueba de sangre de insuficiencia cardíaca conocida como BNP entre los pacientes con esta insuficiencia cardíaca.
"En la insuficiencia cardíaca de 'corazón rígido', el corazón es menos capaz de relajarse y llenarse de sangre. Los betabloqueadores parecen aumentar las presiones dentro del corazón. Esto puede provocar síntomas como empeoramiento de la falta de aliento y retención de líquidos", explica Silverman, becario de Cardiología e Instructora Clínico en medicina en el Centro Médico de la Universidad de Vermont y en el Colegio de Medicina de Larner.
"Incluso las personas sin insuficiencia cardíaca tendrán más dificultad para respirar y menos capacidad de ejercicio. Este ha sido un efecto secundario conocido durante décadas --recuerda Meyer--. Es importante entender que nuestros hallazgos no son prueba de que los betabloqueantes sean dañinos entre los pacientes con insuficiencia cardíaca 'rígida', es solo una señal preocupante".
Creen que sus hallazgos justifican un ensayo clínico para evaluar la seguridad y los efectos de los betabloqueantes en estos pacientes. "Hay algunos próximos pasos importantes, como reproducir este hallazgo en otros estudios y probar si hay un beneficio de detener los betabloqueantes en pacientes con insuficiencia cardíaca 'rígida'", concluye Silverman.