De la alopecia a la insulina: el fármaco que sorprende a la ciencia médica

Archivo - Hombre tomando una pastilla, píldora, fármaco.
Archivo - Hombre tomando una pastilla, píldora, fármaco. - PROSTOCK-STUDIO/ ISTOCK - Archivo
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Publicado: viernes, 19 septiembre 2025 8:14

   MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Una pastilla diaria de baricitinib, recetada comúnmente para la artritis reumatoide y la alopecia, podría preservar de forma segura la producción de insulina del propio cuerpo y retardar la progresión de la diabetes tipo 1 (DT1) en personas recientemente diagnosticadas con la enfermedad, según el innovador ensayo australiano BANDIT, realizado por el Instituto de Investigación Médica de San Vicente, (Australia).

¿QUÉ ES EL BARICITINIB Y CÓMO ACTÚA EN LA DIABETES TIPO 1?

   El seguimiento del ensayo ciego BANDIT, se presenta en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) que se celebra en Viena del 15 al19 de septiembre. Este revela que una vez que se interrumpió el tratamiento con baricitinib, la diabetes de los participantes progresó: produjeron menos insulina y tuvieron niveles de azúcar en sangre menos estables, que no fueron significativamente diferentes a los del grupo placebo.

   "Entre los agentes prometedores que han demostrado preservar la función de las células beta en la diabetes tipo 1, el baricitinib se destaca porque se puede tomar por vía oral, es bien tolerado, incluso por niños pequeños, y es claramente eficaz", informa la autora, la doctora Michalea Waibel, del Instituto de Investigación Médica de St Vincent en Australia.

   Además, añade: "Estos últimos datos respaldan nuestros datos de ensayos clínicos anteriores al demostrar que el efecto terapéutico se pierde cuando se suspende el baricitinib y justifican ensayos adicionales para determinar si el beneficio del tratamiento puede mantenerse durante muchos años y si tratar las etapas tempranas de la enfermedad puede prevenir o retrasar el diagnóstico clínico".

   La diabetes tipo 1 se produce cuando el sistema inmunitario ataca por error a las células productoras de insulina del páncreas. Con el tiempo, esto conlleva la necesidad de inyecciones de insulina de por vida para controlar los niveles de azúcar en sangre.

   El baricitinib, un inhibidor de la Janus quinasa (JAK), actúa bloqueando las señales en el organismo que provocan la hiperactividad del sistema inmunitario y ayuda a proteger las células productoras de insulina restantes en personas con diagnóstico reciente de diabetes tipo 1, retrasando así la progresión de los síntomas. Ya se prescribe para tratar diversas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa y la alopecia.

   El ensayo BANDIT incluyó a 91 personas de entre 10 y 30 años con diagnóstico de diabetes tipo 1 en los 100 días previos. Los participantes recibieron una pastilla de baricitinib (4 mg) o un placebo una vez al día durante 48 semanas.

   Al inicio del ensayo y en las semanas 12, 24 y 48, los investigadores midieron los niveles de péptido C (un marcador de la secreción de insulina) de los participantes para determinar cuánta insulina podían producir ellos mismos. También utilizaron la monitorización continua de la glucosa y la HbA1c (un marcador de los niveles de glucosa en sangre a largo plazo) para evaluar la necesidad de insulina inyectada y el buen control de los niveles de glucosa en sangre.

QUÉ OCURRIÓ TRAS SUSPENDER EL TRATAMIENTO CON BARICITINIB

   Los hallazgos revelaron que tomar una pastilla diaria de baricitinib durante 48 semanas preservó la función de las células beta productoras de insulina, disminuyó las fluctuaciones de la glucosa en sangre y redujo la necesidad de insulina en personas con diagnóstico reciente de diabetes tipo 1. Los investigadores también descubrieron que el baricitinib era seguro y no se le atribuyeron efectos secundarios.

   En este estudio, los investigadores informan los hallazgos del período de seguimiento sin medicamentos, con evaluaciones realizadas en las semanas 72 y 96.

   A las 48 semanas, el nivel de péptido C fue de 0,65 en el grupo de baricitinib y de 0,43 en el grupo placebo. Tras suspender el tratamiento, los niveles de péptido C disminuyeron a 0,49 en el grupo de baricitinib y a 0,36 en el grupo placebo a las 72 semanas, y posteriormente a 0,37 y 0,26, respectivamente, a las 96 semanas, lo que demuestra una reducción en la producción de insulina.

   La caída de la función de las células beta productoras de insulina después de suspender el tratamiento con baricitinib resultó en la necesidad de un mayor tratamiento con insulina, con requerimientos de insulina en las semanas 72 y 96 que no fueron significativamente diferentes entre los grupos.

   La interrupción del tratamiento con baricitinib también provocó un deterioro en el control de la glucosa, con diferencias en el tiempo transcurrido en el rango seguro de glucosa y fluctuaciones de la glucosa en sangre entre los grupos en las primeras 48 semanas, que ya no fueron estadísticamente significativas en las semanas 72 y 96.

HACIA UN TRATAMIENTO TEMPRANO Y PREVENTIVO DE LA DIABETES TIPO 1

   Análisis posteriores no permitieron identificar ninguna característica al inicio del ensayo que predijera la respuesta al tratamiento, como la edad, genes específicos del sistema inmunitario conocidos como antígenos leucocitarios humanos (HLA), el índice de masa corporal (IMC) o el número de autoanticuerpos. Además, la adherencia al tratamiento (al menos el 80% del fármaco del estudio administrado) no distinguió a los pacientes que respondieron al tratamiento de los que no. En general, alrededor de dos tercios de los participantes que tomaron baricitinib cumplieron los criterios de respuesta.

   Cabe destacar que no surgieron preocupaciones de seguridad adicionales durante el período de seguimiento.

   "Por primera vez, contamos con un tratamiento modificador de la enfermedad oral que puede intervenir con la suficiente antelación para permitir que las personas con diabetes tipo 1 dependan significativamente menos del tratamiento con insulina y les permita liberarse de las exigencias del manejo diario de la enfermedad, lo que también podría reducir las tasas de complicaciones a largo plazo", apunta Waibel.

"Si logramos identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 mediante pruebas genéticas y marcadores sanguíneos, podríamos ofrecerles tratamiento incluso antes para prevenir la aparición de la enfermedad", augura.

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