MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Tohoku (Japón) han conseguido administrar de forma segura medicamentos contra el cáncer de mama metastásico a los ganglios linfáticos cancerosos a través del sistema linfático, y después dentro de los ganglios utilizando ondas sonoras.
"Creemos que nuestra técnica tiene el potencial de convertirse en un nuevo tratamiento para los ganglios linfáticos invadidos por células tumorales metastásicas", explica Tetsuya Kodama, el líder del estudio, que se ha publidado en la revista 'Scientific Reports'.
El tratamiento consiste en inyectar vesículas que transportan medicamentos anticancerígenos a un ganglio linfático pélvico. Las vesículas viajan a través del sistema linfático para llegar a los ganglios linfáticos de la axila afectados por las metástasis del cáncer de mama. Cuando se aplica un ultrasonido de alta potencia en la axila, las vesículas se rompen, lo que lleva a la liberación del medicamento.
El cáncer de mama es el más común en las mujeres y causa el mayor número de muertes relacionadas con el cáncer entre ellas. En sus etapas avanzadas, las células cancerosas pueden separarse del tumor original y viajar a través del sistema linfático para establecer metástasis en los ganglios linfáticos que luego pueden viajar a otras partes del cuerpo. El pronóstico de esta fase metastásica podría mejorar si hubiera una manera de tratar las metástasis de los ganglios linfáticos de manera segura y efectiva. Los tratamientos actuales son altamente invasivos y pueden tener efectos secundarios graves.
En su estudio, el equipo primero utilizó una técnica de ultrasonido para seguir el movimiento de los 'liposomas acústicos', vesículas que contienen burbujas de gas, libres de fármacos, a través del sistema linfático en ratones. Pudieron confirmar que los liposomas inyectados en un ganglio linfático pélvico viajaron a un ganglio linfático axilar, donde se establecieron. Luego, inyectaron células de cáncer de mama en los ganglios linfáticos pélvicos de otro grupo de ratones. Las células cancerosas rápidamente alcanzaron e invadieron el ganglio linfático axilar.
Después, se inyectaron liposomas acústicos con el fármaco anticanceroso doxorrubicina en el ganglio linfático pélvico. Se aplicaron ondas sonoras de alta intensidad en el área de la axila en el mismo y tercer día después de la inyección para romper los liposomas y liberar el medicamento.
El equipo demostró que el tratamiento era efectivo para matar el tejido canceroso usando una técnica de bioluminiscencia que monitorea el crecimiento del cáncer, y estudiando los ganglios linfáticos extirpados bajo un microscopio. En cualquier caso, apuntan que se necesitan investigaciones adicionales para determinar la tasa de inyección y el volumen óptimos del tratamiento y, así, prevenir las complicaciones linfáticas.