MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla (US) han patentado el uso del aceite de cáñamo frente a la fibromialgia tras haber observado en ratones que su uso logra mejorar algunos síntomas de esta enfermedad como el dolor neuropático, la ansiedad, la depresión o la inflamación.
En concreto, han visto que origina una recuperación de sus capacidades cognitivas, una disminución de la percepción dolorosa y una normalización de su tono muscular hasta niveles comparables a los ratones utilizados como grupo control, que no padecían la enfermedad.
El aceite de las semillas de cáñamo 'Cannabis sativa' utilizado no contenía ningún estupefaciente y sus componentes son ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 en proporciones beneficiosas para la salud, además de otros elementos minoritarios.
De hecho, esta composición química ya fue descrita y publicada el pasado año en la revista internacional 'Journal of Agricultural and FoodChemistry'.
Según los autores, el potencial de esta patente es de alto interés para la industria farmacéutica y alimentaria ya que sería posible suministrar la composición tanto en comprimidos, polvos, soluciones, supositorios o microesferas; así como en composiciones nutricionales introducido en los propios alimentos o como suplemento.
MEJOR QUE OTROS ACEITES O FÁRMACOS
Otros aceites, como el de girasol u oliva, también han sido usados en el estudio, pero no se obtienen tan buenos resultados en el tratamiento de esta enfermedad "por su diferente proporción en ácidos grasos", reconocen los autores.
La catedrática del departamento de Farmacología de la US e investigadora principal de la patente, María Dolores García, ha apuntado que hasta ahora no existe ningún fármaco que haya obtenido resultados positivos para tratar la fibromialgia. "La mayoría, como mucho, muestran un efecto moderado", añade.
Sin embargo, gracias a los experimentos realizados en ratones se ha podido demostrar que el tratamiento con aceite de cáñamo combate efectos asociados a esta enfermedad, consiguiendo menos alteraciones psicomotrices y cognitivas e inhibiendo los efectos dañinos de los procesos oxidativos e inflamatorios.
"Nuestro siguiente paso sería que alguna asociación de fibromialgia o empresa farmacéutica o alimentaria se interesase en la patente y poder realizar y validar el estudio en humanos", indica la investigadora.