MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Aproximadamente 33.000 personas en Europa mueren cada año como consecuencia directa de una infección por bacterias resistentes a los antibióticos, con una incidencia comparable a la de la gripe, la tuberculosis y el VIH combinados, según un estudio del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
La investigación del ECDC ha estimado la incidencia de cinco tipos de infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos de interés para la salud pública en la Unión Europea y en el Espacio Económico Europeo (UE/EEE). La carga de la enfermedad se mide en número de casos, muertes atribuibles y años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Estas estimaciones se basan en datos de la red europea de vigilancia de resistencia a los antimicrobianos (EARS-Net) de 2015.
De esta forma, el estudio del ECDC revela que la incidencia estimada de infecciones con bacterias resistentes a los antibióticos en Europa ha aumentado considerablemente desde el año 2007. "Nuestro estudio ha demostrado que la contribución de varias bacterias resistentes a los antibióticos al total varía enormemente entre los países, destacando así la necesidad de estrategias de prevención y control adaptadas a las necesidades de cada país europeo", apuntan los autores en su artículo publicado en la revista 'The Lancet Infectious Diseases'.
El estudio calcula que el 75 por ciento de la carga de la enfermedad se debe a infecciones asociadas a la asistencia médica, y que reducirla mediante medidas adecuadas de prevención y control de la infección, así como la administración de antibióticos, podría ser "un objetivo alcanzable".
Finalmente, la investigación muestra que el 39 por ciento de la carga está causada por infecciones con bacterias resistentes a los antibióticos de última línea, como los carbapenems y la colistina. Esto supone un aumento con respecto a 2007, y "es preocupante porque estos antibióticos son las últimas opciones de tratamiento disponibles". "Cuando estos ya no son efectivos, es extremadamente difícil o, en muchos casos, imposible tratar las infecciones", advierten los investigadores.