MADRID 9 May. (EUROPA PRESS) -
Ninguno de los antibióticos de las dos últimas clases que se han aprobado en los últimos 30 años actúa contra las bacterias más resistentes, o al menos así lo han avisado desde el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en el informe 'Resistencia a los antibióticos: cuando el problema va más allá de las patentes'.
Un problema que, además, se acrecienta con el hecho de que cada año más de 50.000 personas mueren en Europa y en Estados Unidos por la falta de nuevos antibióticos y la aparición de resistencias a los actuales. De hecho, se calcula que si la resistencia a los antibióticos continua creciendo al ritmo actual, en el año 2050 el número de personas que fallezcan por esta causa será diez veces mayor que el actual, superando a los muertos por cáncer.
"En 2014 por cada antibiótico que tenían en el 'pipeline' las farmacéuticas, había 16 productos oncológicos. Además, los 40 millones anuales que pueden generar los antibióticos, es lo que puede llegar a generar sólo un medicamento contra el cáncer", ha argumentado el director de Análisis de ISGlobal y uno de los autores del informe, Gonzalo Fanjul.
Esto se explica, según destaca el trabajo, en que la industria no invierte lo necesario en la investigación de nuevos antibióticos porque es un mercado "limitado", al ir dirigidos a un subgrupo de pacientes que han desarrollado resistencias, y a que la duración del tratamiento es corto, por lo que los beneficios no son tan altos como los alcanzados con otros tratamientos crónicos o de larga duración.
"Apenas el sector privado considera rentable invertir en antibióticos porque cree que hay enfermedades crónicas, como la diabetes o el cáncer, que son más rentables. Por ello, es necesario impulsar la intervención pública para mejorar la inversión", ha apostillado otra de las autoras del informe, Elena Villanueva.
TEST DE DIAGNÓSTICO MÁS RÁPIDO
Ahora bien, los expertos han reconocido que la concienciación sobre este problema está aumentando entre los estados y organismos oficiales. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en 2015 un plan global para combatir la resistencia antimicrobiana en el que se reclamaba la intervención pública para asegurar la investigación y desarrollo en el sector de los antibióticos.
Además, países como Alemania, Holanda o Reino Unido están liderando iniciativas a nivel internacional que aceleren la búsqueda de soluciones a este problema, y ya está sobre la mesa del G7 y el G20. En este punto, el director de la Iniciativa de Resistencia Antimicrobianas de ISGlobal y jefe del departamento de Microbiología Clínica del Hospital Clínic de Barcelona, Jordi Vila, ha comentado que, aunque se ha mejorado la vigilancia y resistencia a los antibióticos, así como las políticas nacionales de estos fármacos y la prevención de la diseminación de las bacterias, todavía "queda mucho por hacer".
Entre los retos que ha planteado destaca la necesidad de aumentar el desarrollo tratamientos de diagnóstico más rápidos. Precisamente, el ISGlobal está investigando nuevos test para detectar cuanto antes la sepsis o la neumonía, las infecciones que más muertes generan y que en muchas ocasiones están ligadas a un mal uso de los antibióticos.
"Hay que abordar el problema desde un enfoque multidisciplinar que también tome en cuenta factores socioeconómicos y de comportamiento humano", ha apostillado, para zanjar subrayando la importancia de mejorar la educación y formación sobre el uso responsable de los antibióticos entre los médicos de Atención Primaria y los farmacéuticos.