MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
La llegada del verano conlleva algunos problemas visuales que son más comunes en esta época del año. A pesar de tener que establecer una rutina de cuidados visuales durante todo el año, cuando llega la época estival nuestra vista puede verse afectada por problemas tan comunes como infecciones, irritaciones o la temida conjuntivitis.
"Es importante seguir una serie de recomendaciones para el verano y para los días en los que estemos de vacaciones para disfrutar de ellas. La conjuntivitis, por ejemplo, es un problema muy recurrente en esta temporada y por la que los muchos pacientes acuden a la consulta. Saber cuidar los ojos en estos meses es imprescindible para evitar posibles efectos secundarios como son el lagrimeo, hinchazón, fotosensibilidad o el enrojecimiento", afirma el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo y cofundador de Clínica Baviera.
Según el experto, estos son alguno de los factores que pueden poner en peligro nuestros ojos en verano y para los que debemos tomar ciertas medidas:
1. Aire acondicionado. Con la llegada del calor, el aire acondicionado forma parte de nuestro día a día y lo utilizamos de manera habitual durante todo el verano. El uso excesivo de estos aparatos puede aumentar la sequedad ocular del ojo debido a que se reduce la capa de agua que existe en el ojo y no produce la cantidad de lágrimas suficiente para estar hidratado y humedecido. La solución está en utilizar lágrimas artificiales cada cierto tiempo y así evitaremos la irritación que esto causa.
2. Cloro de las piscinas. En esta temporada lo que más apetece es darse un buen baño que nos refresque, pero es importante ser consciente de las molestias que puede provocar el cloro que se utiliza en las piscinas. Este, tiene propiedades desinfectantes y si entra en contacto con los ojos puede dar lugar a molestias y cierta irritación. Aunque lavemos los ojos con agua o suero tras el contacto, podemos evitarlo con el uso de gafas que nos protejan.
3. La arena. Es muy común que, mientras estamos en la playa, llenemos de arena todo lo que se encuentra a nuestro alrededor. Si un grano de arena entra en nuestros ojos, y se queda adherido a la conjuntiva o a la córnea, es imprescindible que evitemos rascarnos ya que podremos dañarlo provocando una abrasión. También es importante conocer que, en muchas ocasiones, pueden trasportar microbios y llevarnos a una infección. En todos estos casos, es importante limpiar el ojo (con suero fisiológico o agua) lo antes posible y evitar posibles daños mayores.
4. Buena higiene de manos. Con las altas temperaturas propias del verano es habitual que proliferen más gérmenes en las superficies que tocamos, así que es importante recordar lavarse las manos frecuentemente y así evitar infecciones.
5. Sol. En esta época del año las radiaciones solares son más intensas y, en consecuencia, más peligrosas. Es importante tomar ciertas precauciones como utilizar gafas de sol adquiridas en tiendas especializadas y que cuenten con el certificado CE de fabricación y con un filtro adecuado para cada ocasión. Sobre todo, cuando se van a desarrollar actividades al aire libre o nos encontramos en el exterior durante un periodo de tiempo largo.