MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La doctora del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Nuestra Señora del Rosario, la cirujana plástica Carmen Iglesias, considera recomendable el uso de la técnica de inyección de grasa para las operaciones de aumento de mama porque se "evitan las complicaciones de otras técnicas".
Esta técnica, conocida como lipoescultura o lipotransferencia de grasa, se caracteriza por la ausencia de la prótesis ya que se basa en el uso de injertos de grasa obtenidos de otras partes del cuerpo de la paciente para inyectarlos en la mama. "La cirugía es indolora, el tacto conseguido es natural", asegura la doctora Iglesias, que pertenece al equipo del doctor Antonio de la Fuente.
Otras de las ventajas de esta técnica, según la doctora, son que la mama envejece naturalmente, las cicatrices son pequeñas y casi invisibles y también se reducen los depósitos localizados de grasa en las otras zonas del cuerpo de donde se ha extraído la grasa, como piernas, cadera o abdomen.
La lipoescultura se suele utilizar sobre todo en aumentos mamarios moderados, para corregir asimetrías y para aquellas pacientes que quieran quitarse la prótesis. "En ocasiones se utiliza como técnica para mejorar el relleno on los implantes o atenuar sus bordes en personas muy delgadas, corregir pequeñas deformidades, cicatrices deprimidas o el rippling, o mejorar la calidad de la piel, sobre todo en pacientes que tuvieron que someterse a radioterapia", continúa explicando la cirujana plástica.
Con esta técnica se pretende evitar los riesgos asociados a los implantes. Sin embargo, no es hasta pasados 8 meses cuando se pueden empezar a apreciar los resultados definitivos, puesto que un porcentaje de la grasa inyectada puede no haber sido absorbida, con lo que habría que intervenir para rellenar de nuevo hasta obtener un resultado estable.