MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
El uso de champús seborreguladores y de uso frecuente de pH neutro, utilizar un exfoliante capilar una vez por semana y llevar una dieta sana y equilibrada son algunos consejos aportados por expertos del Hospital Capilar para las personas con pelo graso.
"Las glándulas sebáceas producen sebo como medida protectora de las fibras capilares a los factores externos. Un cabello graso se produce a consecuencia de un exceso en dicha producción de sebo, bien por cambios hormonales, estrés, aumento de la actividad física, algunas enfermedades sistémicas, o el uso de medicamentos, pero también puede deberse a un cúmulo de sebo en el cuero cabelludo por un lavado con productos que no son adecuados, o a una mala técnica de lavado, abuso de sombreros, gorras o tocados o a una manipulación excesiva del mismo", ha explicado la doctora de la clínica Hospital Capilar, M Eugenia Segovia.
De esta forma, la producción de grasa capilar puede alterarse en función de la estación del año o los cambios climáticos de cada zona, así como por factores hormonales u hereditarios, malos hábitos alimenticios, la ingesta de ciertos fármacos o tras sufrir largos periodos de ansiedad u estrés.
En el peor de los casos, la grasa acumulada en el folículo piloso puede crear una obstrucción del mismo, evitando que reciba los aportes necesarios de nutrientes y oxigenación que precisa para su mantenimiento, provocando, en consecuencia, una caída excesiva del cabello o la aparición de la dermatitis seborreica, una entidad relacionada con la alopecia que conlleva síntomas como picor, enrojecimiento y descamación a nivel capilar.
El uso de productos inadecuados, como champús demasiado agresivos, espumas, geles fijadores o lacas, pueden empeorar la situación y aumentar la generación de sebo. Por ello, la doctora ha aconsejado usar un champú adecuado a las necesidades, teniendo en cuenta que no es el cabello lo que se debe lavar, sino más bien el cuero cabelludo.
"De esta forma, aplicaremos este producto con un masaje en el mismo, dejándolo actuar unos minutos y, posteriormente, lo aclararemos con agua tibia, cuidándonos de eliminar los restos del champú u otros elementos que utilicemos, ya que, de lo contrario, éstos se acumularán a la suciedad previa al lavado. Dado que el exceso de producción de grasa suele estar relacionado con una desregulación del pH, será conveniente combinar un champú seborregulador que limpie más en profundidad con otro de uso frecuente de pH neutro, con el fin de conseguir el reequilibrio del mismo", ha añadido.
Además, se aconseja no abusar del uso de champús en seco para mantener el cabello con apariencia limpia durante más días, ya que se podrá acumular más suciedad en el mismo e irritar el cuero cabelludo y, por otra parte, se recomienda utilizar acondicionadores y mascarillas, siempre aplicadas de medios a puntas y nunca en la raíz, así como el uso de un exfoliante capilar una vez en semana, cuya función será la de eliminar aquellos restos que no se hayan ido tras los lavados habituales, ayudando a mantener el cuero cabelludo sin residuos.
Asimismo, lavar el pelo a diario no conllevará necesariamente a que éste se engrase más ni a que se produzca una mayor caída capilar, por lo que, en periodos como el verano, se podrá lavar incluso dos veces al día, en caso de ser necesario. "Es un mito que no debamos lavar el pelo a diario, ya que éste debe lavarse según las necesidades que requiera el mismo y, si no lo lavamos lo suficiente, lo taponaremos al acumular el exceso de sebo, causando un estrés a los folículos que contribuirá al debilitamiento y a la caída posterior del cabello", ha recalcado la experta.
Por último, para combatir el cabello graso será esencial llevar una dieta sana y equilibrada que contribuya a que la salud de nuestro pelo mejore, evitando, en la medida de lo posible, los alimentos ultraprocesados, el alcohol o los azúcares refinados y aumentando el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales; ya que las dietas deficitarias en vitaminas, fundamentalmente del grupo B, pueden aumentar los niveles de secreción sebácea.