La urticaria crónica no es "banal": qué es y cómo incapacita la enfermedad que afecta a 300.000 personas en España

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FLICKR / RAHMEEN MAZHAR
Actualizado: miércoles, 17 octubre 2018 12:50


MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

Se calcula que entre el 15 y el 20 por ciento de las personas puede padecer un episodio de urticaria aguda a lo largo de su vida, ha revelado la miembro del servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Fuenlabrada, la doctora Susana Córdoba, durante la presentación, este miércoles, de una campaña de concienciación sobre esta patología en su vertiente crónica.

Según la doctora Córdoba, la urticaria comprende diversos "tipos y grados". La aguda, caracterizada por ser puntual, implica "la aparición de ronchas y habones que pican durante menos de seis semanas". "Casi nos puede pasar a todos", ha resumido.

Hay otro tipo, la crónica. Se trata de habones que pican y se prolongan más allá de seis semanas, "puede ser durante años. Un alto porcentaje de ellas dura hasta cinco años", ha especificado la doctora Córdoba.

Dentro de ésta hay otros dos subtipos. Por un lado, las inducibles, de las que puede encontrarse la causa que las desencadena. La doctora ha destacado el frío, el calor, el rascado, la presión o hacer ejercicio. "Según el estímulo, pueden ser más o menos tratables", ha manifestado.

El segundo subtipo es la urticaria crónica espontánea, de la que no hay causa concreta y que aparece de manera impredecible, con varios brotes al día o todos los días, según la experta.

Es a la urticaria crónica y, especialmente a la crónica espontánea, a la que la campaña presentada este miércoles, llamada 'La verdad increíble' y puesta en marcha por la Asociación de Afectados por la Urticaria Crónica y Novartis, va dirigida. Pretende concienciar sobre la patología, que es "verdaderamente desconocida y aparentemente puede parecer banal", ha indicado la experta.

"Al ser manchar rojas, la gente te puede decir que es una cosa estética y que no condiciona la vida, pero el que lo sufre sí que lo sabe", ha puntualizado. Una de las personas que sí que lo sufre es Adriana García, que padece urticaria a frigore, un tipo de urticaria crónica que reacciona ante la exposición al frío, desde hace 12 años.

García ha destacado la incomprensión de la sociedad ante su afección, que hace que la glotis se le hinche cuando experimenta frío. "Mi umbral está en 36 grados", ha matizado, al tiempo que ha explicado la desesperación que supone sufrirla en la vida diaria.

La urticaria crónica espontánea impacta en el sueño y la realización de actividades cotidianas en uno de cada tres casos. Además, su impacto se agrava en función del grado de afectación de la enfermedad. El 36,5 por ciento de las personas con urticaria crónica espontánea presentan su forma grave en el momento del diagnóstico.

El picor extremo y la hinchazón que sufren los pacientes deriva en efectos como insomnio y comorbilidades psicológicas como la depresión o la ansiedad, que afectan al 47,4 por ciento de los pacientes. En España, cerca de 300.000 personas sufren urticaria crónica, y la espontánea afecta más a mujeres. Habitualmente, los pacientes oscilan entre los 20 y los 40 años, pero "puede aparecer en cualquier edad", ha matizado la doctora Córdoba.

De hecho, la urticaria "tiene tanto impacto para la vida como una cardiopatía o un infarto de miocardio. Impacta en todos los aspectos de la vida, cosas que vas evitando hacer", ha resumido la doctora, que ha concedido importancia a que campañas de este tipo se realicen.

La campaña, que es itinerante y visitará hasta finales de año Málaga y Bilbao, ha habilitado un circuito informativo y dinámico a pie de calle compuesto por tres fases que recogen distintas verdades y mentiras en torno a la patología y que pueden experimentarse por los pacientes.

TRATAMIENTO DE LA URTICARIA

La base del tratamiento de la urticaria son antihistamínicos en pastilla y la mayor parte de los casos puede solucionarse mediante el mismo. El tratamiento, ha explicado la doctora Córdoba, es escalonado y depende de la severidad de la enfermedad.

Si los antihistamínicos no funcionan en un período de cuatro semanas, puede subirse la dosis. Si aún así la enfermedad no puede controlarse, se pasa al tratamiento con inyectables biológicos. Se trata de inyecciones cutáneas administradas cada cuatro semanas. A partir de ahí, debe regularse según la respuesta del paciente. Es el caso de García, que se trata con inyectables desde hace nueve años.