MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha informado sobre las consecuencias negativas que puede conllevar el tratamiento, por parte de personal no cualificado, de afecciones como hongos, papilomas o úlceras.
Por ello, se recomienda asegurarse de que quien trate las patologías de pie y tobillo, así todo lo que ello conlleve, sea un podólogo colegiado, garantizando así la calidad en la atención y los tratamientos indicados.
Entre los riesgos que conlleva no ser atendido por un profesional, se encuentran las infecciones fúngicas o bacterianas, como complicaciones de hongos y papilomas mal tratados que pueden expandirse severamente o provocar pérdida de uñas, y el agravamiento de úlceras que, en el caso de personas diabéticas, pueden acabar en amputación.
Las principales vías de intrusismo en la profesión se producen a través de los establecimientos de venta de calzado deportivo, que en muchas ocasiones realizan estudios de la pisada sin la formación adecuada, lo que puede provocar falsos diagnósticos y malas recomendaciones de calzados especifico. También en los esteticistas, quienes suelen, por ejemplo, al eliminar las durezas de los pies que identifican como callos, limar verrugas plantares o papilomas, dando lugar a un aumento del foso afectado pudiendo ampliar la zona de lesión.
Otro de los focos de intrusismo son los podólogos no colegiados, que no pueden ofrecer la calidad necesaria en sus servicios prestados ya que no cuentan con el soporte científico, jurídico y de asesoramiento del Colegio Profesional ni la cobertura de Responsabilidad Civil que éste contiene.
La colegiación es obligatoria para ejercer en la profesión, y para que el paciente pueda cerciorarse de que se pone en manos de un profesional cualificado, es imprescindible comprobar que dispone de número de colegiación y, en caso de que éste no sea facilitado o no hayan recibido una atención adecuada, pueden ponerse en contacto con el colegio para notificarlo y que se puedan poner en marcha las acciones pertinentes.
Los especialistas destacan, así mismo, la necesidad de un protocolo de limpieza, antisepsia y desinfección del material utilizado para evitar el contagio entre pacientes o clientes.
"Uno de los principales objetivos del ICOPCV para 2018 es continuar combatiendo el intrusismo en este sector. Nuestro objetivo es velar por nuestros colegiados, la dignificación de la profesión y la salud podológica de la sociedad, por eso es esencial advertir de que un diagnóstico o tratamiento por parte de profesionales ajenos a la podología supone un importante riesgo para la salud", ha asegurado la presidenta del ICOPCV, Maite García.
De igual manera, desde el ICOPCV se recomienda la realización de una revisión anual por parte de un podólogo con el objetivo de comprobar que el estado de salud de los pies es adecuado y poder tratar a tiempo cualquier patología, si fuera necesario, evitando posibles complicaciones provocadas por su dilación en el tiempo.
