MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La toxina botulínica en pocas unidades y con varias infiltraciones se ha postulado como una nueva opción de tratamiento para los casos más rebeldes de rosacea que no se pueden solventar con otras opciones, ya que, "debido al efecto que presenta la toxina botulínica a nivel de la acetilcolina, se produce un control de la reactividad vascular" explica la dermatóloga del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional y del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Mayte Truchuelo.
La rosácea es una patología inflamatoria crónica que afecta a pieles extremadamente sensibles. Se produce por la suma de distintos factores, por una parte, la existencia de una predisposición genética y, por otra, la aparición de determinados desencadenantes como pueden ser el estrés, los cambios de temperatura o ciertas comidas picantes.
Este trastorno afecta en mayor medida a personas con fototipos claros, siendo más frecuente en mujeres. En España se calcula una cifra de afectados superior a los 4 millones, según la especialista.
Como explica la doctora, existen tres tipos de rosácea según el grado de afectación del paciente. En una primera fase se produce un enrojecimiento transitorio, "especialmente notable en mejillas, cuello y escote". La segunda fase sería la rosácea papular, en la que ya se observan granitos, "incluso alguna pústula, como lesiones con pus", concreta. Por último, "los pacientes con mayor afectación presentan rinofima, que es un endurecimiento de la piel", precisa.
Aunque el diagnóstico es clínico, "se puede precisar en mayor medida el grado de afectación mediante la dermatoscopia", señala Mayte Truchuelo. Esto puede ayudar a identificar la telangiectasia, un engrosamiento de las venas típico de la rosácea producido por el aumento de la vascularización.
Las opciones de tratamiento varían en función de la fase en la que se encuentre el paciente. Para los casos más superficiales "se emplean láseres vasculares, como la luz pulsada, que tiene efecto antiinflamatorio y, además, produce un rejuvenecimiento", informa la especialista.
En el caso de las formas pápulo-postulares se utilizan tratamientos tópicos antiinflamatorios en combinación con la luz pulsada. Para casos más avanzados está el láser CO2, con el que se consegue "un afinamiento de la piel engrosada", apunta Truchuelo.
RECOMENDACIONES PARA LOS PACIENTES QUE PADECEN ROSÁCEA
La rosácea es una enfermedad crónica que cursa en brotes, por lo que es importante intentar controlarlos. Para ello, la especialista recomienda evitar todos los productos químicos que puedan ser irritativos o agresivos.
Prestar especial atención a la hidratación, puede ser de ayuda, ya que se trata de pieles que se deshidratan con mayor facilidad. Esto es especialmente importante durante el invierno, ya que con la bajada de temperaturas suele producirse un aumento de los brotes de rosácea.
De igual forma, hay que utilizar protección solar, ya que el sol también puede ser un desencadenante de los brotes. En este sentido pueden resultar útiles las 'BB-creams', que aportan un toque de color que, en muchos casos, contribuye a camuflar la coloración rosada y, a la vez, ofrecen fotoprotección e hidratación.