MADRID, 14 Ago. (EDIZIONEZ) -
Hasta un 50% de las personas con un tatuaje han pensado en algún momento que les gustaría eliminarlo. Y es que hemos podido cometer una locura cuando éramos adolescentes y tatuarnos el nombre de nuestro entonces amor verdadero, y en la edad adulta ya no saber ni cómo taparlo.
La Sociedad Americana de Cirugía Dermatológica (ASDS, por sus siglas en inglés) informa de que cada vez es más frecuente que las personas quieran borrar de su cuerpo los tatuajes, si bien lamenta que esto no es tan simple como cambiar de idea.
"Ya no se consideran diseños o marcas permanentes e irreversibles en la piel. Los cirujanos dermatológicos pueden usar de manera segura y efectiva diferentes técnicas para eliminar con éxito los tatuajes no deseados", remarca.
Según esta entidad científica, las razones que pueden llevar a una persona a quitarse un tatuaje es que ha cambiado su vida; estos le pueden producir reacciones alérgicas; bien porque se arrepienten de ellos, ya no les gusta el dibujo; o porque quieren quitarlo para ponerse uno nuevo encima.
El doctor Pedro Rodríguez Jiménez, de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI), explica así en una entrevista con Infosalus que en líneas generales sí se pueden tratar todos los tatuajes, aunque dependiendo del tamaño, del color, y de la cantidad de tinta se obtendrán mejores o peores resultados a la hora de retirarlo.
Sobre los métodos de eliminación de los tatuajes, el dermatólogo apunta que el tratamiento más eficaz es el láser, si bien avisa de que cuantos más colores, más tamaño y mayor cantidad de tinta contenga el tatuaje (los tatuajes más profesionales con más nítidez tienen más tinta), se producirán proporcionalmente más o menos lesiones en la piel al retirarlos.
Desde Sanitas señalan que se puede hacer utilizando un láser pulsante que se pasa sobre el dibujo y que actúa exclusivamente sobre las partículas de tinta, fragmentándolas en otras de tamaño inferior, que luego son eliminadas a través del sistema linfático. "No obstante, existen limitaciones relacionadas con el color del pigmentos, ya que el amarillo, el verde, el blanco o el rojo son más difíciles de eliminar", advierte.
Asimismo, indica que los resultados pueden ser visibles desde el momento en el que finaliza la sesión, aunque el resultado definitivo se podrá apreciar al cabo de aproximadamente 25 días, que es el tiempo que el organismo tarda en eliminar las partículas de tinta.
"El resultado tarda en verse semanas, la eliminación de la tinta se realiza por el sistema linfático. Con el láser buscamos romper los pigmentos en micropartículas que puedan ser limpiadas por nuestro sistema linfático", agrega por su parte el doctor Rodríguez.
¿ES DOLOROSO QUITARSE UN TATUAJE?
Una de las preocupaciones de quienes se someten a estas técnicas es si las sesiones de láser duelen o no, a lo que el experto de la Clínica Dermatológica Internacional señala que "son ligeramente dolorosas", y en los días post-láser hay una inflamación que puede ser algo molesta.
Desde Sanitas añaden que durante el proceso el dolor se puede reducir "a la categoría de molestia" (el equivalente a un ligero pinchazo con una aguja fina por cada pulso de láser), ya que siempre se puede aplicar una crema anestésica para reducirlo al máximo. "También hay que considerar el hecho de que mientras dura el proceso se aplica frío sobre la piel, lo que minimiza las molestias", mantiene.
"El número de sesiones y su duración depende del tamaño del tatuaje, de hace cuánto tiempo que se ha realizado, de los colores que se han utilizado, de la técnica y de la profundidad hasta la que llegan los pigmentos en la piel. Poniendo como referencia un tatuaje que ocupe una superficie de 100 centímetros cuadrados, se necesitarán entre 5 y 8 sesiones de unos 20 minutos de duración. La única pega es que entre cada una de ellas habrá que dejar pasar de 5 a 6 semanas", detalla.
NO A LAS CREMAS QUE DICEN QUITAR TATUAJES
Aquí el también miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) advierte de que, en general, no son seguras las cremas que dicen quitar los tatuajes, ya que "pueden provocar quemaduras por mecanismo químico".
Al quitarse un tatuaje, este especialista también avisa de que puede quedar una cicatriz, aunque remarca que todo depende del color del tatuaje, y de la capacidad de cicatrización de piel de la persona. Aparte, recuerda que muy habitual que las personas quieran quitarse un tatuaje para después ponerse otro diferente encima.
En concreto, el doctor Rodríguez remarca que los que mejor se quitan son los negros, y aquellos que no van muy cargados de tintas. "Además, cuanto más pequeños mejor. Los peores son los multicolor y dentro de los colores, el color más problemático es el rojo, es difícil de quitar y además da reacciones inflamatorias con más frecuencia que otros colores", sentencia el especialista de la Clínica Dermatológica Internacional.