MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las estaciones con temperaturas extremas, verano e invierno fundamentalmente, provocan que el aspecto del cabello sufra más, según ha explicado la dermatóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, la doctora Mercedes Morillo.
"El frío del invierno y el calor del verano son agresiones externas para el tallo piloso y hace que el cabellos se haga más quebradizo, encrespado, con tendencia a las roturas y con un peor aspecto global", ha indicado Morillo.
En el período estival en concreto, es necesario resaltar el papel que la radiación ultravioleta tiene sobre la cutícula, la capa más externa del cabello, que lo reviste y protege. La desgasta y, en consecuencia, el cabello se hace más quebradizo y tiene menos brillo.
No obstante, el período estival es perjudicial no sólo para el aspecto del cabello, sino también para su salud. El tallo de los cabellos contiene fibras de queratina que son muy sensibles al sol y al calor.
En cuanto al agua de las piscinas y al agua del mar, el cloro y el sulfato de cobre presentes en la primeras, dañan las fibras capilares y modifican su color: convierten los cabellos rubios y blancos en verdes y el resto tendrán reflejos verdosos.
Respecto a la sal del mar, reseca y modifica, aunque de forma más leve, los colores del cabello. Así, es necesario enjuagar bien el cabello con agua sin agentes dañinos tras un baño en cualquiera de estos sitio.
Por lo tanto, "es importante llevar sombreros o pañuelos para protegernos el cabello del sol", ha recomendado la experta, que ha añadido que "como nos solemos mojar con frecuencia el cuero cabelludo, hay que secar el cabello de forma natural o con secador, pero a baja temperatura y difumando el calor".
La razón es que "si empleamos temperatura elevada y en una misma zona se formará el llamado pelo burbuja, por la entrada de espacios de aire en el tallo piloso y será muy fácil que se fracture".
Sin embargo, la también dermatóloga del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, la doctora Amalia Pérez Gil, ha recomendado limitar la exposición del cabello a fuentes de calor extremo en esta época del año. Se refiere a "secadores y planchas que también dañan la estructura pilosa".
Hay más maneras de cuidar el cabello. La doctora Pérez Gil, ha destacado diversos productos específicos para proteger el cabello de sol y factores adversos estivales en general, como cloro, salitre o viento. La composición de estos productos "está basada fundamentalmente en aceites naturales hidratantes y reparadores, como el aceite de argán, de mango o de sésamo" y "proteínas, vitaminas y filtros solares".
Según la experta, "estos productos evitan la deshidratación del cabello y aseguran una hidratación y reparación de la fibra capilar en profundidad. También ayudan a conservar el color de cabellos tintados y cuidan el que está decolorado con mechas, tan sensible a estas condiciones ambientales".
La doctora Pérez se ha referido también al uso de champús y tratamientos hidratantes "para después del sol que ayuden a reparar la fibra capilar y no sumen daño a la misma". Las diversas gamas solares que pueden encontrarse en el mercado contemplan cremas acondicionadoras, mascarillas, sérum o fluidos post-solares.