MADRID, 6 Ene. (EDIZIONES) -
La presentadora Cristina Pedroche es famosa entre otras cosas por sus looks de Nochevieja. Este año cuando lo presentó mostró unos separadores de dedo en los pies, aunque estos los suele llevar a menudo tal y como muestra en sus redes sociales. Pero, ¿estos para qué sirven? ¿Son realmente saludables? ¿Cómo se deben emplear en tal caso?
Para despejar toda duda entrevistamos en Infosalus a Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF), quien nos recuerda en primera instancia que el empleo de separadores surge ante la creciente prevalencia de problemas del pie, especialmente en mujeres: "7 de cada 10 hombres y 8 de cada 10 mujeres pueden tener problemas en esta zona; muchos de ellos relacionados con el empleo del calzado, y con la presión que genera el mismo sobre las diferentes estructuras que forman parte del pie".
Ahora bien, sí manifiesta que, como siempre que se crea una determinada tendencia en el ámbito de la salud, existe el riesgo de que se generalice el empleo de un determinado dispositivo pero sin que exista necesidad justificada para ello, no existiendo un beneficio establecido, o incluso suponiendo un riesgo evitable para nuestra salud. Así que cuidado porque no sirven para todo el mundo.
MANTENER LA ALINEACIÓN DE LOS DEDOS
Con ello, explica que el 'uso de espaciadores interdigitales' en los dedos de los pies, como se le llama más técnicamente, está cada vez más extendido, ya que a estos se les atribuye la capacidad de mantener la alineación de los dedos, de minimizar las heridas por rozamiento entre los mismos, o para disminuir la presión interdigital, más frecuentemente entre el primer y el segundo dedo del pie.
Además, se emplean para la corrección del hallux valgus (juanete), o con la intención de estimular de forma más analítica la contracción de la musculatura intrínseca del pie, especialmente el grupo de músculos que se encargan de dar movilidad y estabilidad a nuestros dedos y que dan soporte a nuestra bóveda plantar (arco del pie), tal y como detalla.
"Cada vez son más las personas que usan este tipo de herramienta en actividades como caminar o entrenar, pero es importante tener en cuenta que el efecto esperado se puede ver interferido por el uso de calzado, por lo que lo idóneo a su juicio sería emplearlos cuando estamos descalzos, para evitar la compresión que genera el calzado cerrado sobre nuestros dedos", aconseja el presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas.
MÁS BENEFICIOS
Entre los beneficios más señalados por los fabricantes, tal y como precisa Fernando Ramos, están el incremento de la actividad muscular de la musculatura del pie, lo que podría ayudar en la prevención y en el manejo de problemas como los juanetes, los dedos en martillo, la fascitis plantar, o incluso las tendinopatías aquíleas o de tibial anterior.
Se les atribuye, además, tal y como prosigue, el efecto corrector de la deformidad de nuestros dedos, así como la protección frente a las rozaduras interdigitales. "Pero cuando sometemos este dispositivo al filtro de la evidencia científica, la realidad es que existen muy pocos estudios que avalen su efectividad, por lo que debemos cuestionar los beneficios que promueven las diferentes casas comerciales", sostiene este experto.
Ya que no es posible establecer una generalización en cuanto a su indicación, pues su utilidad parece ser muy limitada, Ramos sostiene que todo va a depender mucho de la variabilidad individual de cada persona, y de si encuentra o no alivio al emplearlos.
"La realidad es que el calzado que empleamos en nuestro día a día, especialmente los que tienen una punta más cerrada, someten a nuestros dedos a una elevada compresión que es mantenida en el tiempo y que acaba generando síntomas y deformidades en nuestros pies.
Si el empleo de separadores nos genera un ligero alivio ante este estrés compresivo, podría indicarse su uso, siempre previa valoración por parte del fisioterapeuta", mantiene el presidente de AEFI.
CÓMO EMPLEARLOS
Con todo ello, y al tratarse de un dispositivo ortopédico con una composición de gel de silicona que se sitúa entre nuestros dedos, el presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas, recomienda que, una vez puesto debe evitarse el empleo de calzado convencional, o de calcetines, pues harían una acción contrapuesta a lo que se persigue con los separadores.
A su vez, apunta que durante los primeros días deben utilizarse durante periodos cortos de tiempo, adaptándonos a las sensaciones que genera la modificación de la posición de nuestros dedos, y progresando a medida que pasan los días para acabar con tiempos de aplicación próximos a los 30 minutos. "Los fabricantes establecen un tiempo mínimo de 3-4 semanas para empezar a notar los efectos; si bien esto es algo muy individual", considera el presidente de los fisioterapeutas.
Por otro lado, y dado que los separadores no atienden directamente a la causa del problema, sino que tratan de provocar un alivio momentáneo del mismo, Fernando Ramos cree que únicamente se aconseja su empleo a aquellas personas que sientan un alivio al emplearlos, y siempre tras el análisis de la morfología y funcionalidad del pie, pero que haya sido realizado por un podólogo y un fisioterapeuta, profesionales de referencia para este tipo de evaluaciones.
TAMBIÉN PUEDEN SER PERJUDICIALES PARA NUESTRA SALUD
Ahora bien, no todo es oro lo que reluce en el empleo de los separadores de pie, y este experto fisioterapeuta precisa que existen muchos cambios en nuestros pies que tienen una elevada predisposición genética, por lo que aquí el uso de separadores interdigitales no tendría efecto alguno si lo que se intenta es corregir tales adaptaciones.
Por el momento no han sido descritos efectos secundarios que puedan relacionarse directamente con el uso de separadores, agrega. Además, cree que hay que tener en cuenta que estos se emplean en situaciones concretas, y de corta duración.
Igualmente, señala que la función de los diferentes componentes que interactúan en nuestro pie (musculatura, articulaciones, tejido fascial) tienen un elevado componente adaptativo: "Esto quiere decir que los cambios en la alineación que observamos en nuestros dedos tienen en muchos casos una base adaptativa y no es este aspecto necesariamente negativo, por lo que no debemos pensar que la búsqueda de la alineación de todos los segmentos de nuestro pie se relacionará directamente con una mejor funcionalidad".
Es por ello por lo que, como recomendación general, dice que contraindica el uso de los separadores en personas con fragilidad de la piel, o con patología sistémica que afecte al pie (pie diabético), y en el caso de trastornos periféricos de la sensibilidad (neuropatías), o donde existan problemas circulatorios severos.
"Como conclusión, resaltar la utilidad limitada de este tipo de dispositivos, y la necesidad de atender de forma individualizada cada caso, siendo el asesoramiento de un fisioterapeuta o de un podólogo fundamental para identificar las necesidades que puedan ser o no resueltas con el empleo de separadores", manifiesta el presidente de AEFI.
Además, en su opinión debemos ver el problema de nuestros pies de forma integral, sabiendo que interactúan muchos factores (problema multifactorial), y que uno de los que más nos predisponen a sufrir estos problemas son el tipo de calzado que utilizamos: "Tendría más efecto la modificación del tipo de calzado que empleamos que el uso de separadores en la mejora de la salud de nuestros pies".