MADRID, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de la mitad de las personas con orejas prominentes, también conocidas como 'orejas de soplillo', reconoce haber sufrido bromas y burlas y un 34 por ciento asegura que se sentiría más feliz si no las tuviera de ese tamaño, según se desprende del estudio 'Escucha a tus orejas', elaborado por Allergan y en el que han participado 450 personas.
Se trata de un problema que, según ha informado el especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora y director de la Clínica Porcuna & De Benito de Madrid, Antonio Porcuna, afecta al 8,5 por ciento de la población y que cada año origina 170.000 intervenciones en todo el mundo debido a los problemas estéticos y de autoestima que provoca.
De hecho, ocho de cada diez señala que las 'orejas de soplillo' son motivo de comentario, lo que hace daño al 46 por ciento de los afectados, especialmente si son mujeres y jóvenes. Y es que, tal y como se desprende del trabajo, el 55 por ciento cree que la imagen de la cara, incluyendo la forma y tamaño de las orejas, influye en su autoestima.
"Se trata de un aspecto físico que suele causar complejos los cuales, en algunos casos, hacen que las personas cuestionen hasta su valía profesional o se aíslen socialmente", ha explicado la psicóloga y especialista en Inteligencia Emocional, Silvia Álava.
"SON PEOR QUE LOS MICHELINES"
En este sentido, el trabajo ha mostrado que tres de cada diez dicen que tener las 'orejas de soplillo' es peor que tener michelines, ya que son más difíciles de solucionar y provocan "más burlas". Por ello, el 23 por ciento de los encuestados asegura que tendría una mayor autoestima y un 20 por ciento menos vergüenza en público si no tuviera las 'orejas de soplillo'.
Asimismo, un 45 por ciento se muestra a favor de someterse a una intervención para corregir el tamaño de sus orejas, si bien el 37 por ciento confiesa habérselo planteado alguna vez y sólo un 8 por ciento está convencido en pasar por quirófano.
Ahora bien, pese al aislamiento social, e incluso laboral, que las 'orejas de soplillo' pueden provocar en los adultos, los problemas se suelen padecer más en la niñez puesto que los niños son "más crueles" y no tienen "tantos filtros" a la hora de decir las cosas. En concreto, hay menores que en el colegio sufren insultos como "duende, Dumbo, orejotas o parabólica", entre otros.
"Los padres muchas veces sufren más que los niños y por eso es importante que trabajen la asetividad, que hablen con el colegio y que intenten fomentar la empatía en sus hijos. Además, también se pueden plantear la cirugía en el caso en el que el niño se juzgue a sí mismo de forma negativa, no quiera ir al colegio o se aísle del resto, puesto que es raro que los complejos se resuelvan por sí solos", ha zanjado Álava.