La nueva 'Barbie' se rebela contra el estereotipo de la extrema delgadez

Nueva imagen de Barbie
MATTEL
Actualizado: sábado, 30 enero 2016 8:23

   Expertos coinciden que la medida sirve de poco si no tiene el respaldo del entorno social

   MADRID, 30 Ene. (INFOSALUS) -

   Esta semana el fabricante de juguetes Mattel ha anunciado el lavado de cara, o más bien de cuerpo, de uno de sus productos estrella, la muñeca 'Barbie', que a partir de ahora tendrá tres nuevos tipos de cuerpo --uno más alto que la muñeca original, otro más bajito y otro con más curvas-- para representar "el mundo real". Antaño aliada del estereotipo de la extrema delgadez, esta decisión puede ayudar ahora a neutralizar el "impacto nocivo" de estos cánones de belleza femenina.

   "Puede tener cierta influencia", ha reconocido el doctor en Psicología y Pedagogía Valentín Martínez-Otero, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, que reconoce el impacto que tienen en la adolescencia los ideales que transmiten modelos, actrices, y también juguetes.

   Este experto explica en una entrevista a Europa Press que los niños no tienen tantos recursos críticos como el adulto frente a los estímulos de belleza que recibe, por lo que "poco a poco los estereotipos van calando", ayudados de la publicidad, el cine o los dibujos animados.

   Por ello, para Martínez-Otero "el hecho de que la 'Barbie' se humanice y presente unas medidas más realistas y ajustadas a la mujer de la sociedad puede neutralizar el impacto nocivo de los cánones de belleza tradicionales y el deseo de parecerse a modelos o actrices excesivamente delgadas".

   Algo positivo, ha añadido, ya que hay distintos estudios que revelan la correlación entre el gusto por la excesiva delgadez y "ciertas conductas de riesgo para adelgazar a toda costa poniendo en peligro a su salud que concluyen en anorexia o bulimia".

SI NO SE SECUNDA, SERÁ EN VANO

   No obstante, la eficacia de esta medida puede verse limitada si no viene acompañada de una "toma de conciencia real" de la industria que "participa o consiente" este tipo de cánones.

   Algo en lo que ha coincidido José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), que reconoce que "los juguetes en el niño influyen relativamente poco si el entorno social o cultural no va en la misma línea".

   "Es difícil saber la influencia de una medida concreta como ésta, porque estos trastornos están más relacionados con el patrón de la imagen corporal que tenemos en la sociedad actual", ha explicado este experto a Europa Press, celebrando no obstante la iniciativa ya que los patrones de belleza pueden condicionar los hábitos alimenticios más adelante.

   En la pubertad es cuando la imagen corporal comienza a influir en los hábitos de vida de los menores, cuando "empiezan a ser conscientes de que su cuerpo cambia, lo que incluso hace que uno no se reconozca a si mismo".

LA PUBERTAD O LA DISCREPANCIA DEL SER

   Precisamente esta etapa es cuando suelen darse problemas con la aceptación de la propia imagen y dar lugar a trastornos como la anorexia o la bulimia, ha reconocido Moreno, como consecuencia de la "discrepancia entre como eres y lo que esperas de ti".

   "Los niños tienen una imagen de ellos que es la que se han montado y, si no es la real, intentan huir de ella", ha añadido Luis Antonio Castaño González, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP).

   Esto hace que empiecen a restringir alimentos, "primero aquellos que saben que tienen más calorías", añade Moreno Villares, lo que hace que dejen de comer pan, dulces, helados, lácteos o carne.

DETECTARLO CUANTO ANTES PARA CORREGIRLO

   En la mayoría de casos buscan una justificación y argumentan que quieren comer más sano, y de no identificarse el problema suele derivar en una reducción de las cantidades e incluso en que acaben saltándose comidas.

   Cuando se detectan, el tratamiento tiene una primera parte basada en "entrenar la capacidad para enfrentarse a adversidades, saber ver los aspectos positivos de uno mismo y aceptar los negativos", ha explicado este pediatra.

   Y posteriormente se les intenta integrar en un patrón de comida normal, "haciéndoles ver que comer es necesario para vivir" e incluso pactando unas cantidades y unas pautas que cada vez se asemejen más a la del resto de adolescentes de su edad.