¿Por qué no es buena idea abusar de las chanclas?

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Actualizado: miércoles, 1 junio 2016 12:21

   VALENCIA, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -

   El uso continuado de sandalias y chanclas en verano puede provocar la aparición de lesiones inflamatorias, como la fascitis plantar o los esguinces, además de generar ampollas, rozaduras, hongos y durezas, según ha advierte Miguel Ángel Parra, especialista de la Unidad del Podología de Hospital Quirónsalud Valencia.

   Según ha explicado el centro en un comunicado, el calor, caminar sobre superficies húmedas como la piscina o la playa y el cambio repentino de calzado ocasionan que los pies sean más propensos a padecer algunos daños.

   El especialista señala que estas circunstancias "hacen que nuestro pie sufra, sobre todo, a nivel dermatológico, ya que el roce continuo con las tiras de la chancla, por ejemplo, puede dar lugar a ampollas o rozaduras". También existen molestias en la fascia plantar, debido a que, al ser un zapato plano, este músculo se encuentra muy estirado.

   Esta patología "cursa con dolor en la planta del pie, sobre todo en la zona del talón, y puede irradiar por el arco plantar hacia el metatarso. El malestar es más intenso por la mañana y cede un poco con la actividad, para reaparecer tras estar un rato sentados o en reposo", ha descrito.

   Asimismo, ha alertado de que las chanclas "no son un tipo de zapatillas que debamos usar para practicar deporte". "No aportan sujeción ni amortiguación ni dan al pie el soporte necesario para una actividad tan exigente como el ejercicio. Cada deporte requiere un calzado determinado, dependiendo de las características propias de la modalidad", ha apuntado.

   El especialista aconseja utilizar las chanclas y sandalias "en su justa medida" y, si es factible, combinar su utilización con otro tipo de zapatillas de material transpirable, con una altura de dos o tres centímetros de tacón, sujeto al talón y que proteja bien el pie de cualquier amenaza externa.

   Los especialistas de Quirónsalud ofrecen recomendaciones para cuidar de los pies durante la época estival y evitar problemas como hidratarlos con cremas hidratantes al menos una vez al día; utilizar chanclas en lugares públicos con superficies húmedas; que el pie no contacte directamente con el suelo de duchas o piscinas para evitar la infección por hongos; secar los pies después de cada chapuzón en la piscina o tras la ducha, sobre todo en los espacios interdigitales y mantener las uñas cortadas de forma adecuada.

   Además, aconseja usar protección solar porque los pies "son los grandes olvidados" cuando "forman parte de tu cuerpo y están expuestos a las quemaduras".